Su reivindicación más inmediata ya se ha cumplido: las familias rumanas afectadas por el incendio del edificio que habitaban en la calle Caveda pudieron, a lo largo de la tarde de ayer y tras las acciones de los bomberos encaminadas a garantizar su seguridad, parte de sus pertenencias, recoger aquellos objetos "de más valor, para que no nos roben" y los documentos de identidad, además de los enseres de primera necesidad como "ropa para los más pequeños".

Aun así, las decenas de personas que habitaban en el inmueble aun no han recibido el visto bueno de los bomberos y los técnicos de Urbanismo para volver a instalarse en sus casas, ya que la estructura del edificio está dañada tras el incendio. De hecho, el inmueble tuvo que ser refrescado durante el fin de semana para evitar nuevos focos.

Ya finalizaron parte de su tarea los miembros de la Policía Científica, que a lo largo de toda la mañana de ayer procedieron a la inspección ocular del lugar del suceso así como a la recogida de pruebas para determinar el origen del incendio.

El Ayuntamiento gijonés, por su parte, y a través de la Fundación Municipal de Servicios Sociales , aseguró ayer a la veintena de familias afectadas que busca garantizar "a medio y largo plazo, una adecuada solución a la situación planteada".

Para el responsable de Seguridad Ciudadana, el concejal Esteban Aparicio, lo primordial es "dictaminar si los afectados pueden volver a sus casas" y, a posteriori, continuar la investigación para determinar si la situación de estancia en el inmueble de estas familias era legal o, como afirman algunos vecinos, se trataba de un "edificio patera".