La sala de arte Tioda, una referencia del galerismo asturiano, echó ayer el cierre tras casi treinta y nueve años de atención, en la calle Instituto, a coleccionistas y aficionados. "Después de tantos años, la verdad es que me da pena", aseguró ayer su propietaria y directora, María Ángeles Puerta, en su última jornada al frente de una de las galerías históricas de Asturias y la más veterana de Gijón.

La clausura la anunció María Ángeles Puerta a mediados del pasado mes de febrero, según recogió este diario. La galerista justificó, entonces, la dolorosa medida en la "desmotivación" personal acumulada en los largos años de crisis económica. No hay vuelta atrás. Es una decisión muy meditada. Y eso que en las últimas semanas hubo un cierto rebrote de la actividad, consecuencia quizás de la liquidación de un fondo pictórico notable. La sala Tioda, fundada en agosto de 1978 con el nombre de quien viene siendo considerado como el arquitecto de San Julian de los Prados, se especializó en sus casi cuatro décadas de existencia en algunos de los grandes pintores asturianos de los siglos XIX y XX: de Piñole a Kiker, pasando por autores con capítulo importante en la historia del arte español, como Orlando Pelayo o Antonio Suárez.

María Ángeles Puerta, que aún recuerda la primera exposición que organizó Tioda -dedicada a Luis Menéndez Pidal-, no se dejó abatir ayer por la melancolía: "Ha sido una forma de vida, así que el cambio será importante". A sus sesenta y cuatro años, no quiere quebrar ese cordón sentimental e intelectual que tiene con el arte.

Cierra la galería pero seguirá atendiendo a coleccionistas y aficionados, mediante cita previa, en el primer piso del edificio que ha ocupado Tioda en la calle Instituto. "Es una manera de continuar; quiero darle tiempo para ver si funciona porque aún tenemos un fondo importante", explicó. Una clausura que se suma a las de otras salas asturianas. Cuando se cierra un espacio cultural -en este caso Tioda-, la ciudad se empobrece un poco más.