Su propia sangre fue su perdición. Entró a robar en una cafetería rompiendo la luna del local y se hizo con el cristal fracturado una herida grave en un brazo. En la huida dejó un rastro de sangre, y los agentes lo siguieron hasta llegar a su casa. Allí se encontraron con un hombre de 34 años, y su botín: un buen puñado de monedas que había sustraído en el local.

Los hechos tuvieron lugar la madrugada de este lunes, cuando un sereno dio la voz de alarma de que la luna de una cafetería de la calle Gran Capitán había sido fracturada.

Los agentes que acudieron al lugar de los hechos detectaron que la puerta de acceso se había fracturado posiblemente por una tapa de registro que estaba tirada en el interior del local y observaron abundantes restos de sangre.

A continuación, y tras seguir por distintas calles el reguero de sangre que había dejado el supuesto delincuente llegaron a un inmueble de la plaza Medico Félix Prieto, donde encontraron a un hombre que tapaba con su manga la mano izquierda, por la que sangraba abundantemente.

Los agentes procedieron a su identificación y tras cachearle le encontraron una gran cantidad de monedas de diferente cuantía, que el detenido reconoció que había robado en la cafetería. Debido a la gravedad de sus heridas, el supuesto ladrón, vecino de Oviedo de 34 años de edad, fue trasladado al Hospital de Jove.

El detenido reconoció que el cajón de la caja registradora la había dejado en uno de los pisos del inmueble donde fue detenido. Los agentes, tras dirigirse al inmueble señalado por el hombre, encontraron allí a una mujer de 52 años, y vecina de Gijón, que confesó haber colaborar con el detenido en el delito cometido, tanto en la labor de abrir el cajón robado, que los agentes se encontraron tirado en el interior de la vivienda, como con haberse quedado con algunas monedas del robo con y haber limpiado los restos de sangre del portal. También la mujer fue detenida.