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La Figura De La Semana | ALEJANDRO DÍAZ CASTAÑO | DIRECTOR DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GIJÓN

El cinéfilo autodidacta

El nuevo máximo responsable del Festival de Cine de Gijón es un reputado programador y crítico cinematográfico al que le encantan el karaoke y la ensaladilla

El cinéfilo autodidacta

"Cuando Maitane informa a su marido Iosu sobre una gotera procedente del piso de arriba, éste decide subir para plantear la cuestión a sus vecinos. Pero la visita deparará a Iosu sorpresas inesperadas".

Las líneas que preceden a este arranque corresponden a la sinopsis de "Ihesa", la ópera prima cinematográfica del nuevo y flamante director del Festival Internacional de Cine de Gijón, Alejandro Díaz Castaño, cinéfilo autodidacta y lector caótico admirador de Chejov y Maupassant que ha asumido, aparentemente con frialdad bergmaniana, el encargo de relanzar un certamen cuya geografía conoce como los surcos de la palma de su mano.

Hay también una sinopsis sobre el personaje que circula por internet y las redes sociales desde que se supo que había resultado ganador del polémico concurso público convocado por Divertia para elegir al sucesor de Nacho Carballo. Escueta, casi minimalista, dice así: "Alejandro Díaz Castaño (Asturias, 1979). Lleva años viviendo en San Sebastián. Ejerce el periodismo cinematográfico desde 2000 y actualmente escribe en las revistas "Caimán", "Cuadernos de Cine" y "Rockdelux". Además, es el responsable de programación del Festival de Cine Europeo de Sevilla".

Pero el personaje, nacido en Bimenes y afincado en Gijón desde la adolescencia, depara más amplia biografía que la que emprende esa mínima cita, repetida hasta la saciedad por los medios de comunicación a lo largo de las últimas semanas. Y al igual que el Iosu de su cortometraje, saludado con alborozo por parte de la crítica y que pudo filmarse gracias a la ayuda del Gobierno vasco, esconde sorpresas muy inesperadas, como que es autor también de un libro de reflexiones poéticas, titulado "Olvidos vergonzosos" (2015), que le encanta el karaoke, que ejerce de sportinguista y es un ávido devorador de ensaladilla rusa. Tanto, que durante su estancia en Sevilla, como compañero de viaje profesional del añorado José Luis Cienfuegos, habría diseñado un "ranking" muy fiable de establecimientos hosteleros del centro de la ciudad donde se sirve este popular pincho.

Echando hacia atrás las hojas del calendario, un veinteañero Díaz Castaño que cursaba estudios de ingeniería informática en Gijón comienza a colaborar con publicaciones cinematográficas. Al paso de los años ha aportado numerosos textos a "Miradas de Cine", "Tren de Sombras", "Lumière" o "Transit", revista para la que ha cubierto durante los últimos siete años, desde la alfombra roja del Lido, los avatares de la Biennale di Venezia. Es miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica y ha colaborado en los libros "Cien miradas de cine" (2011), "Cine XXI. Directores y direcciones" (2013), "John Carpenter. Ultimátum a la Tierra" (2013) y "El universo de 2001: Una odisea del espacio" (2014).

Su idilio con el festival que ahora tiene la encomienda de enderezar y procurar su agrandamiento se remonta a la primera década del nuevo milenio, cuando entra a colaborar en el departamento de prensa para confeccionar el periódico del festival. Realiza entonces también textos para el catálogo y para el programa de mano, hasta que empieza a formar parte del equipo de programadores en 2010. Ya en esa época, su cinefilia abruma. Cuando Cienfuegos es defenestrado por Foro a la llegada de los casquistas al poder municipal, le acompaña en su aventura sevillana como jefe de programación del Festival de Cine de la capital hispalense. Desde 2012 es uno de los más estrechos colaboradores en la aventura andaluza del que fue su director en Gijón.

Fue en la ciudad que correteó como adolescente, a la que ahora ha vuelto tras unos años afincado en San Sebastián, donde probó el veneno del cinematógrafo, a raíz de un episodio televisivo de Hitchcock titulado "Revenge", que protagonizaban Vera Miles y Ralph Meeker. El genio inglés que sentenció que para él el cine era "cuatrocientas butacas por llenar" alimentó el amor por el séptimo arte del nuevo director del FICX. De la pasión por Hitchcock le viene cierta inclinación por el cine incómodo, oscuro e incluso ambiguo. Eso ocurrió a mediados de los ochenta. Y hasta hoy.

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