En pleno debate por la subvención a la "Semana negra", cuya organización ha denunciado el momento complicado que atraviesan por las deudas acumuladas, son muchas otras las entidades de la ciudad que esperan como agua de mayo el dinero que les adeuda el gobierno local en concepto de ayudas y subvenciones: entre las principales asociaciones que prestan ayuda básica a personas en dificultades suman más de 1,2 millones de euros que aún no han sido cobrados.

Y en su caso, estos retrasos comprometen y mucho la continuidad de programas y la atención más necesaria a quienes menos tienen. Por eso esperan que el Ayuntamiento practique la diligencia necesaria para agilizar también en su caso el pago de lo que se les debe. La situación más sangrante a día de hoy es la del Albergue Covadonga. La entidad, que da cobijo a personas sin hogar y que ha sido ampliada recientemente para acoger a más usuarios, está pendiente del cobro de unos 850.000 euros del año pasado, y parte también de algunas ayudas del 2015. La deuda es lo suficientemente abultada como para que entre los responsables de la entidad ya se empiece a hablar de situación "crítica", que podría llegar a poner en peligro el pago de los sueldos de los empleados del centro.

Es el caso más sangrante por la importancia de la cantidad que aún no han cobrado, necesaria a todas luces para atender a las casi mil personas que pasan cada año por sus instalaciones. Pero no son los únicos. En el caso de la Cocina Económica, la deuda que mantiene con ellos desde el año pasado el Ayuntamiento asciende a 104.000 euros, una cantidad nada despreciable que "nos ayudaría mucho en nuestro quehacer diario, porque la subvención municipal supone el grueso de nuestros ingresos", recuerda Luis Torres, presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad.

Su situación no llega a ser desesperada, pero "es un dinero que nos viene muy bien para atender a los cientos de personas que pasan por el comedor cada día", explica Torres, quien confía en que "la situación se solucione pronto; sobreviviremos como siempre pero no estaría mal que se dieran prisa".

El Centro de Iniciativas Solidaridad y Empleo (CISE) estaría pendiente de recibir 54.000 euros, una cantidad importante para una entidad más pequeña, al igual que sucede con Cuantayá, asociación de intervención social y educativa a la que aún le faltan por ingresar 35.000 euros. En Cruz Roja, por su parte, aún tienen pendiente de cobro 150.000 euros, como denuncia el PSOE.

En Mar de Niebla esperan recibir pronto los 11.000 euros pendientes de cobro del año pasado, a los que hay que sumar, señala Héctor Colunga, director de la asociación de intervención social en la zona oeste de la ciudad, otros 20.000 euros también sin pagar desde el año 2015. Se trata de cantidades que, sin ser demasiado grandes, sí son importantes para el desempeño de su actividad. Los responsables de Mar de Niebla sostienen, como la mayoría de asociaciones, que este año se están topando con trabas que nunca antes se habían encontrado. "Nos piden cosas que antes no nos pedían y la sensación general es que todo se está retrasando mucho", lamenta Colunga.

En el caso de Proyecto Hombre la situación no llega a ser alarmante, a pesar de que aún no han cobrado 30.600 euros, correspondientes a parte del convenio del año pasado. "No nos preocupa, porque además es el retraso habitual", señala su responsable, Luis Manuel Flórez, quien entiende no obstante que "hay muchas otras entidades que sí están en riesgo por los retrasos en el cobro de las ayudas". En su caso la queja viene del hecho de que "en once años no se nos ha subido en la ayuda ni el IPC, aunque eso ya es otro cantar".

Son muy pocas las entidades sociales de la ciudad que han cobrado todo y están al día. Es el caso de Siloé o la Unión de Minusválidos del Principado de Asturias, pero el resto no han cobrado aún el 20 por ciento pendiente de las ayudas del año pasado.

En cuanto a los convenios de este año todo parece indicar que de nuevo se sumarán retrasos, habida cuenta de que las entidades ya enviaron toda la documentación requerida a principios de año y "a pesar de que nos dijeron que antes del 31 de marzo estarían todos firmados, parece que aún no se han empezado a revisar", explica Lucía García, responsable de "Abierto hasta el amanecer".

La situación es calcada entre las asociaciones deportivas o culturales, que están viendo cómo el excesivo celo en la exigencia de documentos para justificar las subvenciones está lastrando la puesta en marcha de sus actividades. Y entre las más pequeñas, ya se han dado casos, denuncia el PSOE, en los que para sobrevivir, sus responsables han pedido créditos que se han visto obligados a avalar con su patrimonio personal. Todo, afirman, por "la desorganización municipal".