Juan Castaño Quirós, Juanele, popular exfutbolista gijonés, volvió a ingresar hace tres semanas en la prisión de Villabona, después de que el Consejo de Ministros rechazase la petición de indulto que solicitó su abogado Guillermo Calvo cuando la sección tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede Oviedo, condenase al jugador a un año de cárcel por malos tratos hacia su expareja.

El exjugador del Real Sporting, Zaragoza y Tenerife fue condenado en agosto de 2016 por unos hechos ocurridos en julio de 2014. Tras haber consumido alcohol, Juanele, quien arrastra problemas psiquiátricos, acudió a la peluquería de su expareja, con la que compartió tres años de relación, y la golpeó con un bate de béisbol en la mano, la cabeza y la espalda. Una agresión por la que fue condenado por el juzgado de lo Penal número 2 de Gijón a cinco meses de privación de libertad, aunque permitiendo una posibilidad alternativa.

Esa primera sentencia fue recurrida por su expareja, que logró que la Audiencia Provincial aumentase la pena de cárcel a un año. También consiguió que se dejase sin efecto la suspensión de la condena dictada por la juez que había admitido que se eludiera su ingreso en prisión a cambio de que el exfutbolista se sometiera a un tratamiento psiquiátrico durante tres años para mantener a raya su trastorno bipolar, agravado en momentos de su vida por el consumo de alcohol y otras sustancias. En el año 2008 llegó a ingresar en estado grave en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Cabueñes por una ingesta masiva de pastillas de litio, las que tenía recetadas para tratar su trastorno mental.

El abogado de Juanele trató de evitar su ingreso en prisión tras la nueva sentencia de la Audiencia Provincial solicitando el indulto para su cliente, pero el Consejo de Ministros declinó la petición, por lo que el exdelantero rojiblanco ha regresado a la cárcel, donde ya estuvo en 2011 por otras condenas. "En principio tiene un año, todo lo que sea acortarlo mejor, pero ya se irá viendo", valoró su abogado.

Juanele, recordado por la afición sportinguista por los momentos mágicos que dejó sobre el césped, vuelve a ser así un preso más en el Centro Penitenciario de Asturias.