Ser alumno del Santo Ángel marca para toda la vida y así lo demostraron ayer el medio millar largo de personas que participaron en Gijón en los primeros actos por la beatificación de Luis Ormières, el fundador de la congregación. Llegados de todos los colegios de España, cientos de jóvenes disfrutaron a lo largo de toda la tarde de juegos y actividades al aire libre antes de tomar parte en una vigilia de oración celebrada en la parroquia de San José.

"Es muy emocionante porque para nosotros el Santo Ángel es parte de nuestra vida, somos por encima de todo una familia". Así de contundente se mostraba ayer Loren Álvarez de Lara, exalumna del Santo Ángel en Badajoz, madre de una alumna (Marta Pérez), esposa de un profesor del centro (Manuel Pérez) y hermana de otra alumna, María Trinidad, que viajó acompañada por su esposo, Pepe Cachón. Recién llegados de Extremadura, llevaban año y medio preparando el viaje a Asturias para participar en la beatificación, que tendrá lugar hoy a las 11.00 horas en la catedral de Oviedo. "Desde el principio supimos que teníamos que venir sí o sí, es una ocasión muy especial", señalaba la familia pacense, plenamente integrada en la vida en torno al colegio. "Es un centro muy especial, todos nos conocemos y colaboramos, hacemos comunidad", afirmaban.

Como ellos, antiguos alumnos como Juan Valdés y Cristina Díaz colaboraban en la organización de juegos y dinámicas de grupo para los chavales de toda España llegados a los actos de beatificación de Ormières, convencidos de que "es una ocasión muy emocionante y especial". Tan especial como que "sólo pasa una vez en la vida, y encima en Gijón; es un orgullo para todos nosotros", apuntaban las profesoras Isabel Ibáñez y Lucía Artime.

El colofón al encuentro festivo de ayer tuvo lugar en la multitudinaria vigilia de oración en la iglesia de San José, con música y cánticos por el fundador.