La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

VICENTE CUEVA | Violinista

"Un músico no debe tener preferencias, pero me identifico con Brahms"

"Tengo que guardar ciertas medidas de seguridad con el stradivarius; no me dejan utilizar el transporte público"

Vicente Cueva. ÁNGEL GONZÁLEZ

Es un artista excepcional y en consecuencia disfruta de situaciones privilegiadas. Hoy es el único violinista español que toca con un stradivarius. Hijo del violinista y compositor gijonés Vicente Cueva, lleva la música en su ADN con toda naturalidad; es un chico sencillo, con los pies en el suelo, que no se duerme sobre sus laureles sino que es consciente de que el esfuerzo debe continuar. Hablamos con el stradivarius como testigo de nuestra conversación.

- ¿Quién es?

-Nací en Madrid (1972), mayor de tres hermanos, pero me considero asturiano; sufro cuando pierde el Sporting. Soy un hombre normal, un poco tímido, tranquilo, muy trabajador y sacrificado. Alegre. Estoy soltero pero vivo en pareja.

- ¿Tuvo claro su camino?

-Sí, mi padre es violinista de manera que en casa se vivía un ambiente musical, íbamos a conciertos, escuchábamos música... Hice el Bachiller en los Hermanos Menesianos de Madrid y al acabar me centré en el violín. Desde pequeño vieron en mi casa que tenía disposición y condiciones, pero no me forzaron. Estudié violín en Madrid, Barcelona y Viena.

- ¿Qué hizo al acabar?

-En 1999 entré por oposición en la Orquesta Nacional de España, aunque ya había trabajado en la Orquesta de TVE casi nueve años. Actualmente trabajo como solista invitado de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, labor que compagino con la de profesor de grado superior y master en la Escuela Katarina Gurska, el conservatorio privado más importante de España.

- ¿Cómo es su violín?

-Ha sido una sorpresa. Me lo regaló mi padre; lo había comprado en los años 60 y sólo sabíamos que era muy antiguo. Un día lo llevé al mayor experto mundial, Charles Beare, en Londres. Me dijo que era veneciano de 1780 y casi seguro un Bellosio.

- Y ahora toca un stradivarius, ¿cómo lo ha conseguido?

-Gracias a la generosidad del matrimonio formado por Roger y Huguette Dubois, propietarios del grupo Canimex , establecido en Quebec, Canadá. Y a la intervención del lutier madrileño Laurent López.

- ¿Por qué a usted?

-Les dijimos que íbamos a grabar un disco en memoria del Holocausto, titulado "Shoah para violín solo y templo sagrado", cuyo disco lo presento el próximo día 25 en Toledo, en la sinagoga del Tránsito.

- ¿De quién partió la iniciativa?

-Del compositor Jorge Grundman; sus abuelos murieron en el gueto de Varsovia y quiso rendirle homenaje a las víctimas y que no se olvide lo que sucedió allí. Pensamos que para dar mayor realce al proyecto sería fantástico tocar con un stradivarius. Lo solicitamos al matrimonio Dubois y tuvimos la suerte de que nos han dejado el stradivarius Auer, de 1691, que perteneció a Leopol Auer, uno de los grandes violinistas de la Historia de la Música. Era húngaro, y profesor de los más importantes violinistas del siglo XX.

- ¿El matrimonio Dubois es judío?

-No lo sé, pero les gustó el proyecto, de modo que grabamos el disco con el stradivarius y hago toda mi vida artística con él, desde diciembre. Es un privilegio ser el único español que toca un violín de Stradivari. Sé que hay un chelista español, Pablo Ferrández, que vive en Berlín y toca con un violonchelo de Stradivari.

- ¿Cómo es el concierto?

-Es una partita de seis movimientos, dedicados a los campos de concentración de los nazis. Antes de tocar cada movimiento se expresa lo que ocurrió en él. Es una música descriptiva, que intenta llevar la emoción al espectador, y no es atonal aunque esté escrita en el siglo XXI.

- ¿Esto marca un hito en su carrera?

-Sin duda; jamás soñé tocar con un instrumento del maestro cremonés. Quiero llevar esta partita Shoah por todo el mundo, de momento tenemos previstas actuaciones en el Museo del Prado y en el Guggenheim.

- ¿Qué me dice del compositor Jorge Grundman?

-Es uno de los más peculiares. Empezó en la movida, participando como cantante, teclista y compositor en grupos pop. Actualmente es profesor titular de la Universidad Politécnica de Madrid. Es un compositor muy importante al mismo tiempo que ingeniero técnico de Sonido. Suele decir que él escribe música, no se define como compositor, aunque es muy conocido internacionalmente. Tiene numerosos premios y acaba de escribir una ópera basada en el libro de Delibes, "Cinco horas con Mario", que se estrenará el año próximo en el Teatro Real.

- ¿Usted, cuantas horas le dedica al violín?

-Desde que me levanto hasta que me acuesto.

- ¿No protestan sus vecinos?

-No, son buena gente.

- ¿Quién es su compositor favorito?

-Un músico no debe de tener preferencias. Pero diré que me identifico mucho con la música de Brahms, es un compositor que conozco bien. La semana que viene interpretaré en Bilbao su Segunda Sinfonía, y sus sonatas de violín las he tocado todas.

- ¿Le supone una complicación andar por el mundo con esta joya?

-Tengo que guardar ciertas medidas de seguridad, tanto en casa como fuera. Por ejemplo, no me permiten utilizar el transporte público. No puedo dejarlo solo nunca; el contrato dice que no puedo separarme de él.

- Hasta su separación definitiva, ¿cuándo será?

-De momento tengo contrato varios meses más, posiblemente renovable. Pero no quiero pensar en ese día de la devolución, sé que me dará una pena enorme, ya que el violín ya forma parte de mí mismo, tengo su sonido en la cabeza. . Tal vez, el matrimonio Dubois me facilite otro stradivarius que no sea el Auer; éste es célebre, y como mecenas, son coleccionistas y tienen varios instrumentos. Pero el tiempo que me resta seguiré disfrutando de su maravilloso sonido.

Compartir el artículo

stats