Esta semana se conocía un estudio realizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) que revelaba que más de la mitad de los españoles creían en los beneficios de la homeopatía, aun cuando ningún estudio científico ha demostrado definitivamente su eficacia en ninguna situación clínica concreta. La conclusión para el director general del Fecyt, José Ignacio Fernández Vera, es clara: "la pseudociencia es un peligro". Un asunto que, más allá de la homeopatía, lleva tiempo coleando y que ahora ha saltado al escenario municipal de Gijón después de que ya el mes pasado los investigadores asturianos alzasen la voz contra la celebración en salones de la Administración pública de actos de divulgación de "teorías pseudocientíficas".

La polémica en la ciudad ha estallado estos días, después de que se suspendiese una conferencia gratuita sobre un supuesto método novedoso -llevaba por título: "Microscopía óptica: Un potente método para conocer el estado ácido alcalino del organismo, sus desequilibrios y carencias, a través del estudio de la sangre"- que se iba a celebrar en el Centro Municipal Integrado de El Llano.

Una suspensión decidida por el conferenciante y motivada, en parte, por las protestas encabezadas por la Asociación de Divulgación Científica de Asturias, que envió un escrito a la dirección del centro municipal gijonés. Teresa Valdés-Solís, presidenta de la asociación, aseveró que "hay que ser extremadamente cautos con los temas de salud, y más aun en un local público", además de recordar que "es de vital importancia en un tema tan delicado como es la salud que no se confunda a la gente ofreciendo como científico algo que no lo es".

Desde el centro municipal se enfatiza que "conforme a las normas de cesión de espacios municipales no existen argumentos para declinar la charla", con lo que, "siendo un tema de medicina alternativa, puedes estar más o menos de acuerdo, pero no censurarlo". Sin embargo, el colectivo científico cree que "el acto (suspendido ahora) no puede ampararse en el ejercicio de la libertad de expresión" y recalca que "la información sobre cuestiones relativas a la salud y la recomendación y prescripción de tratamientos, terapias o productos con finalidad terapéutica corresponde a los profesionales sanitarios debidamente formados y cualificados".

Toda la polvareda levantada ha hecho que la polémica llegue al consistorio de la mano del PSOE, quien llevará el tema a la Comisión de Bienestar Social y Participación Ciudadana. José María Pérez, portavoz socialista, aseguró que "si es una actividad que no tiene aval científico, no se le puede ceder espacios públicos municipales y, menos aún, ofrecerles la imagen del Ayuntamiento". Así, pedirá "que se extreme el cuidado para la cesión, o en su caso alquiler, de espacios públicos", ya que "puede darse una imagen de amparo oficial por parte del Ayuntamiento, ofreciendo un grado de verosimilitud distinto de cara al público que si el consistorio no tuviera relación alguna".

De esta manera, Pérez solicita "criterios más estrictos para evitar este problema a la hora de ceder espacios públicos", entendiendo que "todas las personas tienen derecho a dar su opinión, pero siempre tomando como base innegable la veracidad", por lo que estima conveniente "tener cierto cuidado para evitar generar confusión entre el público".

Teresa Valdés-Solís reitera que "los únicos legitimados para informar públicamente sobre cuestiones relativas a la salud son los profesionales sanitarios", por lo que avista detrás de esta charla informativa un "interés económico" que los responsables del mismo niegan en rotundo, enfatizando que "únicamente queríamos recomendar ciertos tratamientos", denunciando de igual manera el "intrusismo" que hay en el sector de la homeopatía y el naturismo con "multitud de estafadores que juegan con los sentimientos de la gente", lo que provoca "el boom actual contra el naturismo", enfatizan los impulsores del acto. La polémica está servida.