"Parece que Areces entraba en El Musel como si fuera su casa, y no sólo a comer pinchos y a banquetes". La frase pertenece al secretario general de Podemos Asturias, Daniel Ripa, respecto a la asistencia del actual portavoz del PSOE en el Senado y expresidente del Principado al menos a tres reuniones del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Gijón: Las de julio de 2004, en la que se aprobó la licitación del proyecto; la de enero de 2005 en la que se adjudicó la obra y la de junio de 2006, después de que el Puerto hubiera pactado con la UTE Dique Torres los sobrecostes, que comenzó a pagar en abril de aquel año.

Los sobrecostes fueron ocultados al Consejo hasta finales de 2007, una vez pasadas las elecciones autonómicas, cuando se tramitó el modificado del proyecto elevando su presupuesto en un 43% y el plazo de ejecución en 22 meses. El motivo de la presencia de Areces en el consejo que adjudicó la obra fue la primera pregunta que el fiscal hizo al director del Puerto y exsecretario de su consejo, José Luis Barettino, en su declaración como testigo en el "caso Musel" el pasado viernes.

Ripa opina que "la responsabilidad política que Areces y la FSA se niegan a asumir comienza a aclararse en los tribunales. Es muy extraño que el expresidente y el exdirector del Puerto (Fernando Menéndez Rexach y José Luis Díaz Rato), nombrados por Areces y ahora imputados, actuasen por su cuenta y riesgo con los sobrecostes sin consultar a sus jefes, y que a pesar de ello el gobierno asturiano les siga respaldando". Ripa recuerda que Areces "contaba con personas de su entera confianza en El Musel, como el -exconsejero Francisco González Buendía o Barettino y que él mismo, o al menos otras personas de confianza, estaban al tanto de lo que sucedía". En su opinión, la presencia de Areces en consejos claves tenía como fin trasladar que "la obra tenía que llevarse a cabo, costase lo que costase y nadie podía moverse de la foto".