"Hay que actuar rápido para impedir que la plaga se expanda". Esa es la conclusión más fehaciente que Máximo Braña, técnico de sanidad vegetal de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado trasladó ayer a los vecinos de Serín en una charla informativa sobre la polilla de la patata, organizada por la Asociación de Vecinos y Amigos de Serín.

Para ello, lo principal es "cuando tengamos una patata que sospechemos que pueda estar infectada, avisar a la Consejería", que será la que evalúe si, efectivamente, el tubérculo está afectado por la polilla guatemalteca o son otros patógenos los que lo han atacado, como la rosquilla o los gusanos blancos o de alambre. Pero, avisa Braña, "nunca se ha de tirar de cualquier manera, ya que puede ser un foco de emanación de polillas".

"En caso de duda, que se lo hagan saber a la Consejería, es mejor pasarse de cuidadoso; vale más prevenir que curar", aunque recuerda que la polilla guatemalteca "crea vías profundas en el tubérculo y su gusano es de color rosado", que cuando mejor se ve es "cerca de la floración, con el calor".

"Lo más complicado es localizar los focos, ya que en Asturias no hay grandes plantaciones, sino pequeños huertos de autoconsumo", por lo que es primordial "que todos registren sus plantaciones", poniendo en conocimiento de la Consejería la parcela que es, su extensión, los kilos de patata existentes y su variedad.

En Gijón, únicamente está catalogada como "zona infestada" el entorno de Monteana, donde se encontraron casos, siendo por ejemplo Serín, una zona de las catalogadas como "tampón". En esta zona, como en la práctica totalidad de Gijón, no está prohibida su plantación, aunque se recomienda que se haga "a 15 o 20 centímetros de profundidad". Del mismo modo, desde la Consejería se solicita que "se extreme la vigilancia", sobre todo en el tubérculo y en el cuello de la planta, así como en los almacenes donde está guardada, por si apareciera la polilla.

El problema más importante que se encuentran los agricultores con esta nueva plaga es que con esta polilla tan dañina "no se ve sintomatología en la planta, en sus hojas ni en su tallo, sino únicamente en el tubérculo", ya que la polilla guatemalteca únicamente se alimenta de esa parte.

Y esa es precisamente "su gran punto débil, ya que si los tubérculos desaparecen, la polilla también", por eso el protocolo de actuación de la Consejería es meridiano. Los técnicos del Principado acuden al lugar donde se ha detectado la presencia del patógeno, retiran los tubérculos afectados así como las plantas de la patata, las destruyen con cal viva y crean una zona de seguridad de un kilómetro, espacio en el cual destruyen todas las plantaciones por seguridad. Del mismo modo, Braña quiso dejar claro que la polilla "no es peligrosa para el consumo humano, es como si te tragas un gusano de la manzana".