Las urgencias de Cabueñes están llenas de lumbalgias. Procesos dolorosos, con importantes costes sanitarios aparejados, también de productividad (por incapacidades y absentismos laborales que producen) y cuyo abordaje médico resulta complejo y algo frustrante. Hasta 5,7 pacientes consultan a diario en las urgencias gijonesas por un dolor en la parte inferior de la espalda: 2.069 en total en 2015. Es la segunda patología que más carga de trabajo genera tras las infecciones respiratorias, y el trastorno musculoesquelético más habitual para el que se busca atención urgente. Entre un 60-70% de la población va a experimentar una vez en la vida una lumbalgia.

Pese a ser tan común, la realidad es que el manejo de una lumbalgia es muy variado, principalmente porque sólo un 15% tiene una causa justificada: un 10% serán dolores de espalda bien identificados y se corresponden con una patología benigna, y un 5% serán por algo más severo: fracturas, hernias con compresión... El resto, un 85%, acaban consideradas como "inespecíficas", es decir, que las pruebas al enfermo no resultarán concluyentes para el especialista y no se podrá determinar su origen."Son las que tienen un peor control y las que más recursos consumen", avisan los expertos.Y el problema va en aumento, al estar asociadas a la obesidad y al sedentarismo. Paradójicamente, también aumentan los motivos de consulta entre quienes no son sedentarios, tienen mayores expectativas de calidad de vida y quieren, por ejemplo, que un dolor de espalda no les impida correr una maratón con 60 años.

Una investigación sobre el abordaje de la lumbalgia en las urgencias hospitalarias y los factores que condicionan que en unos casos el paciente acabe ingresado y en otros no, ha ganado el premio al póster científico del área sanitaria V, que va por su edición XXV y que ayer se entregó en Cabueñes. Un premio que busca promover el interés investigador entre los médicos en formación.

Lucía Lanuza y Javier Mateo Negreira, autores principales del estudio -en el que participaron además, Álvaro Los Santos, Roi Castro, Diego Velasco y Pablo Suárez-Anta, todos MIR del servicio de Traumatológica- explicaban ayer que "lo que intentamos demostrar es que se necesita estudiar más esta patología, muy prevalente y asociada a costes importantes, pero está algo abandonada porque es tediosa para los clínicos y no siempre arroja resultados concluyentes. Por eso mismo creemos que se tiene que poner algo más de acento en estudiar por qué se produce y cómo mejorar el abordaje de este problema".

Perfil: 55 años, mujer

Un estudio comparativo entre 69 pacientes que ingresaron tras pasar por urgencias, y otros 61 que no lo hicieron, permitió a los autores identificar que en Cabueñes la lumbalgia la sufren pacientes con media de 55-56 años, con más casos entre la población femenina, y un peso significativo de personas con antecedentes de salud mental; hasta un 20% de enfermos llega a urgencias sin estar tomando medicación, y pueden llevar más de 23 días con el dolor -la media de los pacientes que acaban ingresando- frente a los 5 días de los que no ingresan. Un 20% de casos volverá a consultar a urgencias por otra lumbalgia -es el porcentaje que se cronifica- y quienes ingresan acaban pasando casi 15 días en el hospital.

"Hay que desarrollar métodos más eficaces de tratamiento y estrategias preventivas que, además, ahorrarán costes en un sistema que ya de por sí está sobrecargado", indicó Lucía Lanuza. Y uno de los métodos de prevención, afirman Lanuza y Negreira, sobre todo ante lumbalgias inespecíficas, tiene que ver con el compromiso del propio paciente "para que forme parte activa de la recuperación. Tiene que ser él quien evite determinadas posturas, coger pesos, combata el sedentarismo con natación, pilates...". También creen importante que se asuma que la mayoría de esta patología debería pasar por los centros de salud y no por las urgencias hospitalarias "porque aquí la sobrecarga es grande y son casos en los que es bueno hacer un seguimiento tanto del proceso, como de la analgesia o la evolución".