Los participantes en la media maratón de Gijón nunca antes habían estado tan seguros como en esta séptima edición que ayer congregó a 2.506 corredores provenientes de cada rincón de España, aprovechando el puente de mayo. Además del dispositivo sanitario desplegado por Cruz Roja, el recorrido contó con ocho puntos "cardioprotegidos" dotados de desfibriladores cedidos por la empresa "Cardiofunken". Y todo después de que la muerte de un corredor el año hiciera reflexionar al agente de Policía Nacional gijonés José Ramón Madera Amor, destinado en Madrid desde hace nueve años.

Ese episodio que le costó la vida a un vallisoletano de 37 años movilizó a Madera para contactar con el Patronato Deportivo Municipal y plantearles la instalación de puntos "cardioprotegidos" dotados de desfibriladores durante el recorrido. "Está demostrado que en los cuatro primeros minutos de una parada, dependiendo de la patología y el motivo por el que se ha producido, es muy probable que con un desfibrilador consigamos revertir esa situación", explica. José Ramón Madera forma parte de la Brigada de Seguridad Ciudadana en la capital y hace seis años pensó que era el momento para adquirir conocimientos de primeros auxilios puesto que en muchas incidencias en la calle llegaba primero que los sanitarios. Se enroló como voluntario en el Samur madrileño a través de Protección Civil. Allí comenzó a recibir formación y ampliando conocimientos en el manejo de los desfibriladores semiautomáticos. Profundizó en la materia y se sacó los títulos de instructor para ponerlo en práctica en diferentes pruebas deportivas gracias a "Reina formación y logística". Incluso se encarga de llevar a cabo un plan de formación a los compañeros de la Policía sobre intervención en emergencias y reacción en primeros auxilios.

Tras lo ocurrido en Gijón en 2016 se sentía en la obligación de ponerlo sobre la mesa en su ciudad. "Vemos cada poco muertes en España y Europa donde los deportistas tienen patologías y al hacer un sobreesfuerzo se desploman. Tener más puntos todavía de cardioprotección hace más segura la carretera", considera. Por ello, tras el visto bueno municipal se desplazó a Gijón hace dos semanas para instruir a un grupo de nueve voluntarios del club ciclista BTT Pelayo que también han cedido sus bicicletas de forma altruista como mecanismo más rápido y seguro de llegar con el DESA. Les impartió las nociones para atender a un corredor en caso de ser necesario. "Gracias a ellos conseguimos un plus de seguridad, ni sustituimos a nadie, ni implementamos; es un refuerzo", matiza. Ayer, antes de la carrera, repasó con todos ellos los conocimientos adquiridos. Una labor en la que colaboró la médico del Patronato Deportivo Municipal, Esther Álvarez Cueto.

Y así, el recorrido de la media maratón contó con ocho puntos "cardioprotegidos" adicionales señalizados con ocho banderolas de 2,80 metros de altura. Se utilizaron seis aparatos puesto que una vez pasó toda la comitiva por los dos primeros puestos, éstos se movilizaron para sumarse a otros tramos del recorrido. Al final, por suerte, sólo se atendió a un corredor por deshidratación y precisamente la atención adicional desplegada permitió que se le tuviera controlado desde tres tramos de control previos a la meta.

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