La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Clases invertidas con una canica

Marcos Ordiales, premiado por su método docente, y sus alumnos del Codema creen que sólo "con fotocopias la motivación no sube" en el aula

El profesor Marcos Ordiales, con sus alumnos. MARCOS LEÓN

La dinámica ha cambiado. Ahora el alumno llega a la clase con una base teórica después de ver un tutorial de vídeo del profesor o investigar un concepto, en el aula se trabaja sobre esa idea, se refuerza y profundiza, y el profesor aclara las dudas para afianzar. Así visto, atrás queda el estilo convencional del maestro recitando la teoría media hora, tomar apuntes, aclarar dudas, y afianzar los conceptos con los deberes en casa.

Ese cambio en el proceso es lo que se conoce como la "Flipped Classroom", o la "clase invertida", que cada vez se aplica en más centros educativos, y cuya puesta en práctica en el Colegio Corazón de María el año pasado, con los alumnos de quinto (ahora en sexto), de la asignatura "Science", bajo la tutorización de Marcos Ordiales fue premiada en el III congreso europeo de esta modalidad educativa.

"Lo que se trata es que el alumno sea el verdadero protagonista del aprendizaje", comenta Ordiales, que explica que "si a los niños le das una fotocopia la motivación no sube, pero con los vídeos previos a la clase es fácil que la idea les entre bien. Así ven el vídeo en sus casas y a tí te permite comprobar, cuando llegas al aula, las partes que cada uno necesita reforzar, dónde fallan y cómo están adquiriendo esos conceptos".

La experiencia ha sido enriquecedora y su evaluación, muy positiva. El año pasado se distinguió al quinto curso del Codema con el segundo premio a la mejor experiencia de Primaria en "Flipped Classroom". Los alumnos de Marcos Ordiales han recibido con buen agrado este nuevo método.

"El mayor beneficio para nosotros es que hay más creatividad. En otras clases lo que hace es estudiar el libro de arriba abajo, pero se te olvida al día siguiente. Pero con este tipo de dinámicas las cosas se recalcan más en clase", explica Alberto González, de once años, y uno de los alumnos de Ordiales. "En casa tenemos que buscar una información sobre la que investigamos, vemos vídeos en la plataforma que tenemos y eso que se nos va quedando lo trabajamos con proyectos, posters y otras cosas prácticas en la clase", añade el joven estudiante.

Aitana Iglesias, de 12 años, recuerda una de las prácticas que más impacto les causó. "Teníamos que hacer que una canica recorriese un metro en 15 segundos. Tenía que hacer pruebas, buscar los fallos, crear el proyecto, buscar la información... y después ya en clase con Marcos íbamos reforzando las cuestiones en las que teníamos dudas", explica.

Precisamente esa práctica sirvió a Marcos Ordiales para darse cuenta de que el estudio memorístico no es lo más importante. "El mayor beneficio para los alumnos es la motivación y la creatividad que les genera. En la enseñanza lo que se evalúa es lo memorístico, y el que no tiene capacidad para memorizar está en desventaja. Pero en la práctica de la canica había niños que juegan con desventaja por características genéticas, pero que hicieron cosas mucho mejores que algunos de buena memoria que fracasaban y se pegaban cabezazos porque no les salía bien", relata el profesor.

Para Marcos Ordiales este cambio en la dinámica para afianzar conceptos se debe a que "los niños no son capaces de mantener 30 minutos la atención en un profesor". Y ya tiene asumido que "ahora para dar clase cambia tu rol, porque el profesor ya no es el que sabe todo". Y pone ejemplo de la necesidad de aprovechar la tecnología y hacerla accesible, y que sean los propios alumnos quienes la descubran. "Si le preguntas a alguien cuando terminó la Segunda Guerra Mundial puede que no lo sepa, pero el dato seguro que lo encuentra en un minuto en google. La información está al alcance de todos, por eso hay que tratar que ellos mismos la busquen, pero hay que motivarles y eso no se consigue sólo poniéndoles deberes para casa". Por eso es habitual que ahora, con las clases al revés, se hagan raps, ensayos, posters y proyectos peculiares y hasta sorprendentes, pero siempre dejando claro que, como matiza Marcos Ordiales, "al colegio venimos a aprender y no a jugar". Y asumiendo que los alumnos son los protagonistas de su propio aprendizaje. "El profesor nos dice que no quiere ser el único que habla, que nosotros seamos los protagonistas de nuestra enseñanza, aprendamos investigando, que es como mejor se queda las cosas", concluye Alberto González.

Compartir el artículo

stats