El debate está instalado pero, mientras se discute sobre la idoneidad o no de que Gijón sea un destino de despedidas de soltero, sigue creciendo la afluencia de grupos de jóvenes que vienen a la ciudad a celebrar sus fiestas prenupciales. Hasta tal punto que se está afianzando como un sector que aporta al municipio miles de visitantes a lo largo del año. "Hay fines de semana en los que vienen más de 3.000 jóvenes de despedida a hacer gasto aquí. Al principio éramos dos empresas dedicadas a organizar despedidas, pero ahora ya habrá unas quince, más otras de fuera de Asturias que destinan a gente a Gijón", defiende la empresaria Laura Ferreiro. "Es un sector importantísimo para la ciudad: sólo hay que hablar con los hoteles y ver la ocupación que tienen gracias a las despedidas en meses que no son de verano", señala, por su parte, Félix Martínez, otro empresario que vive, en buena medida, gracias a las fiestas para despedir la soltería.

A los dueños de las agencias que organizan despedidas les preocupa su futuro si el Ayuntamiento decide poner "excesivos" límites y requisitos a este tipo de turismo, después de que ya hayan denegado permisos para actuaciones de charangas y que se haya instalado el debate sobre la necesidad de regular estas actividades festivas en la ciudad. "No es el turismo que queremos", recordó esta semana el concejal de Turismo y Festejos, Jesús Martínez Salvador.

"Tengo una empresa de turismo activo, con karts, paintball y otras actividades para todos los públicos. Si el concejal de Turismo me asegura que me va a traer clientes que no sean de despedidas para no poder cerrar, estoy encantado. Gijón no tiene el turismo que ellos dicen que tiene que haber", indica Félix Martínez, propietario de Actividades Gijón S. L., que se dedica, entre otras cosas, a organizar despedidas de soltero: "Lo hago porque no me queda otra y es la demanda que hay", agrega, antes de expresar su preocupación: "Si vienen aquí y les empiezan a multar por la calle porque se ponen un disfraz u otra tontería, dejarán de venir. Si quieren que cierren más negocios en tiempos de crisis... El concejal está claro que va a seguir cobrando igual".

En un mismo sentido se manifiesta Ferreiro, que gestiona la firma "Gijón de farra". "Cuando el concejal nos pague todo lo que ganamos restuarantes, pubs y monitores con las despedidas, estaremos encantados de renunciar a ese turismo", señala la empresaria. "No es la Copa Davis ni un turismo chic, pero es turismo: un turismo como otro cualquiera", agrega. También le preocupa que el Ayuntamiento pueda actuar contra las despedidas. "Nos preocupa, pero que se preocupe también la concejalía porque igual tenemos que irnos a otras ciudades a trabajar y pagar impuestos", argumenta.

Francisco Pérez, de la agencia "entreTuyYo", señala que el impacto económico de este sector "abarca toda Asturias, no sólo Gijón: en la ciudad se vuelca el tema de cena, alojamiento y las copas, pero muchos van a hacer actividades fuera como bajar el Sella; hacen un gasto y dejan bastante dinero en la región. Su impacto es más positivo que negativo", razona, antes de añadir: "Me parece bien que se regule y se controle, pero llegar a prohibir cosas sería perder una parte importante de las personas que vienen a disfrutar de Asturias, muchas de las cuales luego repiten porque salen encantadas".

Asimismo, los empresarios niegan que las despedidas de soltero causen tantos problemas de convivencia en Gijón. "Hay gente muy educada que viene a gastar su dinero en la ciudad, habría que hacerles las ola más bien. ¿Desde marzo a junio de qué van a vivir pubs, restaurantes, hoteles, taxis... si no es por las despedidas?", se pregunta Ferreiro. "El que dice que son problemáticas es que no trabaja con ellas. En Fomento siempre hubo peleas, y no son necesariamente de despedidas. Vienen a pasarlo bien y divertirse", recalca Félix Martínez. Francisco Pérez coincide con ellos y asegura que cada año se está notando que "están aumentado las provincias desde las que vienen a Gijón para una despedida: ahora ya llegan desde Madrid, Barcelona o Málaga".

En el sector hostelero este asunto genera división. Ricardo Álvarez, presidente de OTEA Gijón, se muestra prudente, aunque no se opone a las despedidas. "Hay despedidas que son buenas para la ciudad, con un comportamiento normal. Y otras que deberían quedarse a las puertas de la ciudad o irse a otra. Me parece bien, por ejemplo, que se prohíba el uso de charangas porque los gijoneses tienen derecho a descansar", opina Álvarez. Respecto a un aumento del control sobre las despedidas, no lo ve mal pero pone condiciones. "¿Quién se va a encargar del control? Si lo van a descargar sobre los hosteleros, no. Pero si lo hace la Policía Local, me parece estupendo. Por favor, que no lo carguen sobre nosotros igual que con el tabaco, por ejemplo", explica el presidente del colectivo hostelero gijonés, quien también preferiría otro turismo. "De acuerdo que quizás no es el turismo que queremos, pero, siempre y cuando dejen riqueza en la ciudad y no ocasionen problemas, tampoco pasa nada porque dan vida a los hoteles, restaurantes y bares", sentencia.