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PELAYO GARCÍA DE ARQUER | Ingeniero en Telecomunicaciones, experto en nanomateriales

"Los nanomateriales ya permiten capturar CO2 y transformarlo en fuel"

"El reto más importante al que nos enfrentamos de cara al futuro es el de almacenar y utilizar de formas diversas las energías renovables"

Pelayo García de Arquer, ayer en la Politécnica. JUAN PLAZA

Pelayo García de Arquer es egresado de la EPI de Gijón y actualmente forma parte del Ted Sargent Group, en la Universidad de Toronto. Su principal área de trabajo se centra el en el desarrollo de nanomaterial para la realización de dispositivos optoelectrónicos de alta eficiencia, sobre los que habló ayer en la Politécnica. Tras graduarse en Telecomunicaciones en Gijón cursó matemáticas por la UNED. Posteriormente realizó un máster en Fotónica en Barcelona, donde también se doctoró en el Instituto de Ciencias Fotónicas. En la actualidad trabaja como investigador en la Universidad de Toronto, en Canadá, donde estudia las propiedades y aplicaciones de los nanomateriales.

- ¿Qué son los nanomateriales?

-Son materiales muy pequeños, y por eso se puede controlar sus propiedades de una forma que no se podría hacer con otros materiales más grandes. Se pueden crear materiales artificiales con propiedades ópticas o electrónicas diferentes, y eso permite crear nuevos dispositivos más eficientes y baratos como baterías solares para luces más eficientes.

- ¿Cuál ha sido el desarrollo de estos materiales en los últimos años?

-Es un campo que ya tiene varias décadas, pero en estos momentos las tecnologías de fabricación y caracterización son mejores, y permiten aprender más y diseñar nuevos y mejores materiales.

- ¿En qué campos están teniendo más aplicación los nanomateriales?

-En todos los campos, es un área muy transversal: desde la medicina hasta la energía, comunicaciones, los teléfonos móviles, están en todas partes aunque no los veamos. Es algo que está teniendo mucho recorrido y que de hecho ya lo está teniendo. En Toronto estamos investigando en la actualidad en varias ramas. Por un lado estamos usando estos materiales que se llaman puntos cuánticos, que son materiales muy pequeños con propiedades exóticas, de tal manera que con este tamaño puedes controlar el color o la energía. Hacemos células solares que son muy flexibles y que son muy baratas, se podrían aplicar en la ropa incluso.

- ¿Qué aplicaciones podrían tener?

-Al pesar muy poco y ser flexibles estas células solares se podrían colocar casi en cualquier superficie, podríamos disponer de muchas de ellas para generar energía, por ejemplo en las ventanas. Lo singular de estos materiales es que se hacen de una tinta, y eso nos permitiría desarrollar pinturas que absorbieran la energía del sol. Utilizando estos materiales también podemos diseñar luces más eficientes, del tipo LED, que gastan menos potencia y son más brillantes, ahorrando el consumo de energía, que es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos. Estamos generando mucho más dióxido de carbono del que deberíamos, y llegará un punto en que como no se corrija tendremos serios problemas. Por otro lado la energía solar está decreciendo en costes muchísimo, está llegando a la paridad con la red, y sin subvenciones. El reto más importante a que nos enfrentamos es el de almacenar esta energía para utilizarla. Lo que estamos investigando ahora, y hay mucho interés, es la manera de utilizar la energía solar, las energías renovables en general, para convertir el dióxido de carbono en fueles, en gasolinas o plásticos, en productos de uso, de manera que usemos tecnologías que no sólo no usen dióxido de carbono sino que lo reduzcan.

- ¿Qué papel desempeñan en ello los nanomateriales?

-Con los nanomateriales cambias las propiedades, las formas en las que la materia interactúa. Las formas en las que el CO2, por ejemplo, se absorbe y se convierte en otra cosa. Ese proceso ya es posible y funciona.

- ¿Ya se ha avanzado mucho en esa posibilidad?

-Es un campo que está avanzando muy rápidamente, y en el que va a haber un impacto enorme. En Norteamérica están invirtiendo mucho dinero para ello, y en Europa será así dentro de poco también. El dióxido de carbono es un problema que ya tenemos y del que no somos conscientes, y llegará un momento en que las empresas decidan convertirlo en gasolinas, en ropa, en materiales para edificios...

- ¿Anima a los recién graduados a investigar en este mundo?

-Por supuesto. Es muy complicado y requiere sacrificio, te tiene que gustar, pero tienes que tenerlo claro porque no hay el soporte que debiera por parte de las instituciones públicas. Ahora mismo la investigación en España es bastante precaria y la mayoría de las cosas que se hacen es porque llega el dinero de Europa; se hacen muy pocas cosas con el dinero español. La prueba está en que tenemos gente muy buena que se ha ido fuera. Mucha gente que está aquí está haciendo cosas muy valiosas, pero podrían estar haciendo cosas mejores.

- ¿Volverá a España?

-Me gustaría y estoy intentándolo, pero no es fácil.

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