Álvaro Armada Barcaiztegui, conde de Revillagigedo y Adelantado de La Florida, Grande de España, sorprendió ayer a los asistentes a la fiesta del Santo Cristo de la Abadía de Cenero. No por su asistencia, toda vez que estaba previsto que el noble, ligado familiarmente a la parroquia, portara la Cruz Parroquial, a decir de los entendidos, la más antigua de España. También estaba previsto que dirigiera unas palabras a los asistentes, dado que ha cedido para la ocasión a la Iglesia de San Juan Bautista un cuadro de don Cosme Damián Valdés, antepasado suyo y antiguo abad de la parroquia.

La sorpresa llegó al final, cuando el conde anunció también la cesión de los documentos de la familia Valdés, ligada a la suya desde el siglo X, para la creación de un centro de documentación histórica en la Abadía. Se trataría de una forma de recuperar documentos muy antiguos que se perdieron en su día tras el incendio de la Abadía durante la Guerra Civil, de modo que dichos documentos puedan ser custodiados y analizados.

Una noticia "estupenda" para los vecinos, en una jornada de celebración en la que Álvaro Armada también se refirió durante el acto religioso a sus orígenes familiares. "Mi familia, tanto los Valdés como la Casa de Revillagigedo, siempre ha formado parte de la historia de la Abadía de Cenero", señaló el conde.

De ahí que "al celebrarse este año el centenario del descubrimiento del yacimiento arqueológico de Veranes por don Manuel Valdés Gutiérrez he querido contribuir con la donación en depósito a la Comunidad Parroquial de la Abadía de Cenero de un óleo del siglo XVII, de mi antepasado Don Cosme Damián de Valdés, prior de la Sagrada Iglesia Catedral de Oviedo, abad de San Juan de Zenero y de Santa Doradía, Provisor y Vicario general de este Obispado", explicó.

Del mismo modo, el conde señaló que quien fuera párroco de la Abadía de Cenero, Manuel Valdés Gutiérrez, dejó escrito que la sede episcopal de los primeros obispos fue Santa María de Veranes, "tesis que queda demostrada con este histórico cuadro de quien entonces era prior de la catedral, ya que hasta el siglo IX no existe documentación alguna de obispo alguno en la sede episcopal de Oviedo", remató Álvaro Armada.

El anuncio de la cesión de los documentos fue el broche de oro a las fiestas del Cristo, que arrancaron en la mañana de ayer con una actuación del Coro Parroquial de Perlora seguida de la tradicional celebración de la eucaristía solemne y la procesión de la Altarina, otra de las citas con más solera en la parroquia.

De este modo se echó el cierre a varios días de fiesta con actividades para todos los gustos, en las que los vecinos pudieron disfrutar de juegos tradicionales, concursos gastronómicos como el campeonato de sidra casera o el de elaboración de empanadas, el concurso de escanciadores aficionados o la verbena nocturna.

Y ahora, además, con la intención de que el año próximo la Abadía de Cenero pueda contar en su archivo local con importantes documentos que arrojen luz a los primeros años de la historia parroquial.