El arenal de San Lorenzo volvió a sufrir ayer la aparición de manchas de carbón que no pasaron desapercibidas para los numerosos paseantes que se acercaron a la bahía gijonesa. Las franjas negras fueron visibles a lo largo de la mañana, suscitando las dudas sobre su procedencia.

El Observatorio de la Playa de San Lorenzo, organismo creado por el Ayuntamiento para estudiar la evolución del principal arenal gijonés, ya ha explicado que las manchas de carbón siguen procediendo del hundimiento del Castillo de Salas en la costa gijonesa en 1986. Los geólogos aseguran que es algo con lo que hay que "contar para siempre" y que eliminar esas manchas sería más perjudicial que beneficioso.