La conductora ebria y drogada de Oliva (Valencia), que segó la vida de dos ciclistas y ha dejado malheridos a otros cuantos, ya había sufrido la retirada del carné de conducir en 2013 por hechos similares, por fortuna, sin víctimas mortales. Cuando acaba de terminar en Gijón la iniciativa "30 días en bici", una mañana soleada de un domingo de primavera estalla con la noticia del tremendo accidente en la carretera valenciana. La solidaridad ciclista cruza límites de autonomías y países. Hoy el mundo de la bici llora por los dos muertos de Oliva y pide por la recuperación de los compañeros de viaje hospitalizados. Pero, sobre todo, pide que las mañanas de los domingos no desvelen la enorme cantidad de conductores /as que circulan en condiciones inadmisibles para coger un volante. Los datos de la conductora de Oliva son tremendos, inadmisibles de todas todas. Y, encima, reincidente.
