Javier Martínez de Orueta (Oviedo, 1991) ha cursado estudios en Medio Ambiente, Salud Ambiental y Sanidad. Pero en lo que se ha convertido en todo un experto, y de forma autodidacta, es el mundo de las nubes. Ha aprendido a pronosticar el tiempo de forma certera mirando al cielo, un arte que, como asegura, se ha dejado de lado en los últimos años.
-¿Cómo se ha hecho un experto en la observación de las nubes?
-Ha sido de manera autodidacta, siempre me llamó la atención la meteorología y me fui aficionando a leer libros y manuales. No ha sido fácil, la terminología es complicada, pero con tiempo y paciencia creo que se puede aprender.
-¿Cómo hacer una previsión del tiempo sólo observando las nubes?
-A corto plazo se puede hacer un pronóstico muy certero observando las nubes altas. Si avanzan rápidamente y se suceden las nubes altas y medias, es que se acercan los frentes y las lluvias. Las nubes altas que forman un halo alrededor del sol no portan lluvia, pero también la anuncian. Del mismo modo, eso que se conoce como "el cielo empedrado", con esa formación tan característica de las nubes, también anuncia precipitaciones; esas son nubes medias que avanzan la inestabilidad.
-Afirma que también sirven para predecir las estelas de los aviones.
-Sí, cuando pasa un avión y a su paso ves que deja una estela que se va ensanchando, es un indicador de humedad y de lluvias próximas.
-¿Cuánta gente sabe hacer este tipo de previsiones como las que usted hace?
-Muy poca gente sabe, es algo muy desconocido para el gran público, y lo cierto es que es muy interesante porque las nubes siempre llevan mensaje. Hay que saber mirar, pero como he dicho, con ganas es algo que se puede aprender.
-En Gijón la niebla da muchos problemas en los últimos veranos...
-Las nieblas en la costa son algo recurrente en la zona del Cantábrico y lo cierto es que resulta difícil de predecir, como ocurrió en los últimos fuegos de las fiestas gijonesas de Begoña. Lo que ocurre es que el paso de una masa de aire cálido sobre el Cantábrico, cuyas aguas suelen estar a una temperatura media de 15 grados, genera un contraste que hace que se creen las nieblas estivales.
-¿Las nubes también nos dan pistas sobre el cambio climático?
-Las nubes altas ayudan al calentamiento de la tierra, y nosotros mismos estamos contribuyendo a ello. Con cosas tan sencillas como el tráfico aéreo: las estelas de los aviones se convierten también en nubes altas que tienen ese efecto de pantalla, con lo que se sigue recalentando el planeta. Es algo que no se está teniendo en cuenta y sobre lo que sería necesario tomar conciencia.
-¿Debemos mirar más al cielo?
-Por supuesto. La gente sólo mira las nubes por su belleza, y no se da cuenta de que nos cuentan muchas cosas sobre lo que pasará en unas horas.
