Arcelor Mittal se ha visto obligada a paralizar el derribo de las viejas baterías de coque de la factoría de Veriña después de que una inspección efectuada por el Servicio de Control Ambiental, de la Consejería de Medio Ambiente del Principado, constatara que se estaban realizando trabajos que requerían de la obtención previa de la Autorización Ambiental Integrada. La siderúrgica tramita ante el Principado la Autorización Ambiental para la obra de derribo de la vieja instalación y para su posterior reconstrucción y puesta en funcionamiento.

La inspección se produjo el pasado 7 de abril, después de que Izquierda Unida y Ecologistas en Acción denunciaran que la siderúrgica estaba demoliendo el refractario de los hornos de coque sin la correspondiente autorización ambiental integrada. Ese mismo día, el inspector autonómico obligó a parar las obras.

Desde entonces, la siderúrgica se ha centrado en completar los estudios de detalle de ingeniería para la remodelación de las baterías de coque de Gijón y también en la realización de algunos trabajos previos que no precisan de la Autorización Ambiental, al no consistir en demoliciones.

El Servicio de Evaluación Ambiental del Principado había emitido un informe el pasado 30 de diciembre de 2016 en el que señalaba que el achatarramiento de equipos de las baterías y el derribo del refractario de los hornos de coque deberían supeditarse a la obtención por la multinacional siderúrgica de la Autorización Ambiental Integrada.

Pese a ello, Arcelor comenzó a derribar el refractario de los hornos el pasado 28 de marzo, después de varias semanas achatarrando equipos del interior de las instalaciones.

Tras constatar la infracción denunciada por Izquierda Unida y por Ecologistas en Acción, el Servicio de Control Ambiental del Principado trasladó a la Secretaría General Técnica de la Consejería de Medio Ambiente propuesta de apertura de expediente sancionador contra Arcelor.