El incendio que obligó a desalojar en la madrugada del miércoles a todos los vecinos de un edificio de once plantas en la calle Aquilino Hurlé, en el barrio de la Arena, fue intencionado según las primeras hipótesis de la investigación que se mantiene abierta a falta de conocer el informe de la Policía Científica que esclarecerá lo sucedido. No obstante, esta teoría está sustentada en la correcta instalación de la obra y el normal funcionamiento del cuadro eléctrico cuando el fuego ascendió desde el primer piso hasta la azotea.

Una voracidad de las llamas que motivó el desalojo completo del inmueble y el ingreso en dos centros hospitalarios de siete inquilinos que precisaron atención médica, tanto en el hospital de Cabueñes como el de Jove, por intoxicaciones que no revisten de mayor gravedad y sólo una de ellas permanece ingresada.

Las llamas se originaron de madrugada en la parte baja del inmueble, que desde hace cinco meses cuenta con un andamio exterior que cubre toda la fachada del edificio. Poco antes de las cuatro de la madrugada, un joven vecino que se encontraba viendo la televisión en su habitación, del tercer piso, se percató del humo y al subir la persiana se encontró el fuego que reventó su ventana accediendo al interior del piso. Rápidamente despertó a sus padres y llamaron a los bomberos, que recibieron la llamada a las 3.50 horas. El servicio de extinción puso rumbo al lugar del suceso equipado con dos vehículos escalera y el vehículo de primera salida con un total de trece efectivos.

Al tomar contacto, los bomberoscomprobaron la gravedad del siniestro por cómo las llamas se extendían rápidamente, y de manera ascendente, por el centro del andamio. Los aislantes de la fachada, las ventanas y las mallas aceleraron el proceso desde la primera planta hasta la última del edificio, todavía con varios vecinos en su interior. Tal fue la magnitud que se precisaron más de dos horas para extinguirlo.

El problema se agravó porque el fuego no sólo se extendió por el exterior de la vivienda: también penetró en las interior de los pisos de las tres primeras plantas, arrasando lo que encontró a su paso en las habitaciones que dan al exterior, principalmente. Desde la tercera a la séptima planta el fuego sólo afectó a las ventanas, con rotura de cristales. Pasadas las seis de la mañana, los bomberos lograron extinguir el fuego completamente.