El fotógrafo vallisoletano Ángel Marcos (Medina del Campo, 1955) tiene previsto inaugurar pasado mañana, jueves, en la capilla de la Trinidad del Museo Barjola su propuesta "El desorden establecido", una instalación compuesta por un centenar de imágenes que tienen su génesis en "La subversión íntima". El artista participó hace cuatro años, con este último proyecto, en la quincuagésima quinta edición de la Bienal de Venecia.

Para el comisario de "El desorden establecido", el crítico Ángel Antonio Rodríguez, las imágenes de la instalación que Ángel Marcos trae ahora a la capilla del Barjola "vuelven a poner en entredicho esos aspectos políticos. artísticos y sociales generando un doble punto de vista sobre la arquitectura del lugar elegido y armonizando las divisiones simbólicas y reales del espacio expositivo".

Ángel Marcos, que trabajó como fotógrafo publicitario antes de canalizar sus inquietudes artísticas hacia un tipo de fotografía en la que están presentes las preocupaciones sociales de su autor, expuso por primera vez en 1982, en la galería Siena, en Valladolid. Desde aquella fecha, el artista ha desplegado una intensa actividad que le ha llevado a tomar imágenes por medio mundo: desde su Medina del Campo natal a Estados Unidos, Cuba, China o distintos países de Europa y África.

"El viaje es una constante en el trabajo de este artista de trayectoria internacional, que ha convertido el género del paisaje urbano en una constante de sus obra, fijándose en los campos de Castilla, pasando por las grandes urbes internacionales (Nueva York, La Habana, Pekín, Madrid, Barcelona) y plasmando las huellas de la alienación contemporánea", explica el comisario de "El desorden establecido". Ángel Marcos tiene obra en importantes colecciones públicas y privadas, incluido el Museo Reina Sofía.

La instalación de la capilla del Museo Barjola, que inaugurará el viceconsejero de Cultura del Principado, Vicente Domínguez, conjuga luces e imágenes a través de dos niveles que se organizan como un "laberinto" y ofrecen, en palabras de Rodríguez, "reflexiones visuales extraídas de barrios como Las Tudas o La Mota, de Medina del Campo, el pueblo natal y residencia del artista, que mantiene allí su estudio tras dos décadas de éxitos internacionales". Y añade: "La ausencia de tácticas consumistas, en el silencio y en el vacío del llamado 'mensaje de la imagen comercial', sugiere una nueva arquitectura germinativa para este espacio barroco gijonés".

La instalación está hecha con madera, hilo o fluorescentes. Junto a las imágenes, una silla, un calendario... los objetos cotidianos y sencillos. Ángel Marcos utiliza además el vídeo y distintos archivos sonoros.