Gabino Ricardo Ibáñez Erice, quien regentase durante años junto a su mujer, Nieves González Canteli, el restaurante Los Hórreos que alcanzó gran prestigio en La Providencia hasta que echó el cierre en 2011, fue despedido ayer por su familia y amigos en un funeral de cuerpo presente celebrado en la iglesia parroquial de San Julián de Somió.

Ibáñez, que se labró fama a base de un cocina de calidad con buenos productos del mar, fue de los primeros chef de Gijón que consiguió el reconocimiento de la guía Michelín de España y Portugal, un favor que compartía con las buenas críticas de sus clientes.

Nacido en Colombres, fue allí inició su vida en la hostelería, cuando tenía 13 años. Fue botones en el hotel San Ángel. Todavía con catorce años, se enfrascó en una aventura por el País Vasco para trabajar ya en cocinas. De hecho, consideraba al chef Miguel Pérez, de Lequeitio, su gran maestro.

Es en 1976 cuando se traslada a Gijón y empieza a trabajar como chef de Los Hórreos. Tras abrir su primer negocio propio y un paso por Reinosa, adquiere finalmente el restaurante de La Providencia en 1981. "Aquí tenemos una cocina basada fundamentalmente en pescados y mariscos, y en ella busco un toque muy personal que conjuga sabores vascos y asturianos. Voy a lo sencillo y natural, donde los salsamentos realcen y potencien los sabores originales del producto natural. Por eso únicamente nos movemos en tres salsas: la marinera, la vasca (muy particular de la casa) y a la sidra. Y es que el pescado y el marisco solamente tienen un truco: la calidad y la frescura", decía el popular cocinero cuando ya destacaba entre los fogones. La salud le tuvo años en jaque, hasta requerir un trasplante de riñón en 2006. La posterior enfermedad de su esposa acabó por inclinar la balanza hacia el cierre del negocio, que incluyó la desaparición del restaurante tras la venta con fines urbanísticos del solar.

Con el fallecimiento de Ibáñez, ocurrido el miércoles, Gijón ha perdido así a uno de los que en otra época fueron grandes pioneros de su cocina