La Plataforma de Tabacalera, que nació en febrero de 2016 de la inquietud de unas ciento cincuenta personas críticas con la deriva del panorama cultural gijonés, apoya el debate abierto para llegar a un acuerdo sobre los usos culturales y sociales que puede llegar a tener finalmente el relevante edificio de Cimavilla, antiguo convento de Agustinas Recoletas y resumen, tras los últimos hallazgos arqueológicos, de la historia gijonesa desde la romanización a la industrialización.

"Creemos que ese debate es bueno", aseguró ayer María Álvarez Rilla, una de las portavoces de la citada plataforma. Dejó claro, además, que pese a las más de mil consultas evacuadas por el grupo municipal a través de una empresa especializada "no se ha adoptado aún ninguna solución". "El proceso está en fase de discusión", añadió. El colectivo celebró ayer, bajo el título "Creando economía social", una jornada con encuentros con los vecinos, debates y conciertos.

Tanto la alcaldesa, Carmen Moriyón, como los responsables municipales de Cultura, han dejado claro en algunas comparecencias que habrá modificación del proyecto inicial de usos para dar satisfacción a las opiniones pulsadas hasta ahora. El Gobierno de Foro parece que es partidario de rebajar o incluso suprimir los usos museísticos previstos antes para Tabacalera y conceder al edificio un mayor uso social. Podría ser incluso sede del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX). Los socialistas, principal partido de la oposición, han tachado de "despropósito" los cambios de usos culturales para Tabacalera y en el edificio de la Antigua Escuela de Comercio, también en obras en la calle de Tomás y Valiente.