Las 78 entidades y asociaciones, tanto públicas como privadas, analistas del Plan Integral de Movilidad Sostenible y Segura (2018-2024), que definirá el modelo de ciudad para los próximos años, admiten la implantación del límite de velocidad de 20 kilómetros por hora en la llamada zona de coexistencia -Centro, La Arena y Laviada- siempre que se reduzca el área afectada y que en algunas vías se permita un ritmo superior. Sólo la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (Emtusa) considera incompatible esa velocidad tan baja con su servicio. No obstante, tras seis sesiones en grupos reducidos de debate sobre el borrador presentado por el Ayuntamiento de Gijón, el grueso del Plan sigue adelante y sólo se suman varias propuestas y matices aportados por los integrantes del Foro de la Movilidad, que esta tarde se volverá a reunir en su totalidad y con un documento más firme sobre la mesa.
Los objetivos específicos del plan también sufren variaciones. Mientras que la idea de ciudad que pretende el equipo redactor sitúa el desplazamiento a pie en el cénit de la pirámide invertida de la movilidad, entre los grupos de debate lo que predomina es el planteamiento de impulsar el transporte público por encima del uso de la bicicleta y de ir caminando. Como objetivos específicos también se añade el de "potenciar la seguridad vial y la accesibilidad en la movilidad de la ciudadanía" así como "la creación de espacios de prioridad residencial".
El análisis de las sesiones precedentes estuvo fragmentado en doce líneas de actuación. El barrio de Cimavilla fue el punto de inicio del debate. Ahí se matizó que será un área de prioridad pero no de exclusividad residencial. No se propone impedir la circulación de no residentes, pero sí limitarla. A este respecto, las 322 plazas de aparcamiento para 488 tarjetas de residentes se dividirán entre plazas para residentes, exclusivamente, y de rotación. No obstante transporte público, taxis, carga y descarga o emergencias tendrán acceso al barrio. Además se propone buscar soluciones para salvar las pendientes que condicionan la accesibilidad del barrio.
También son matices las aportaciones a la tercera línea, que afecta al resto del área urbana de Gijón en que se implantará una limitación de la velocidad general 30 kilómetros por hora. Una zona delimitada, aproximadamente, por la A8. El plan, que ya incluía excepciones donde se permitirán hasta 50 kilómetros por hora, pretende que se incrementen las vías rápidas y se incluya una mayor segregación de vías, no sólo de 30 y 50 kilómetros por hora. Además se incluye la petición de establecer carriles bici segregados en estos ejes rápidos. Tampoco se renuncia a la implantación de áreas de coexistencia, entre peatones y vehículos, en esta área de actuación.
El Plan de Movilidad pretende alcanzar el mayor acuerdo posible. En la reunión de esta tarde se analizarán las propuestas con más seguimiento para determinar su inclusión o no en el borrador.
