"Pasó todo muy rápido y lo hice por defenderme". El acusado de apuñar a la expareja de su novia confesó ayer ante el magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón que al ver que su víctima sacaba un cuchillo se lo quitó para repeler el ataque después de mantener una acalorada discusión en las inmediaciones de un colegio del barrio de La Calzada, donde la pareja del agresor lleva a sus hijos.

Los hechos ocurrieron a los dos menos cuarto del mediodía -poco antes de la conclusión del horario lectivo- del 14 de febrero de este año, en el cruce entre las calles Ecuador y Costa Rica. La víctima, que ayer no se presentó al juicio por lo que la vista quedó suspendida hasta que sea localizado, tenía una orden de alejamiento de la actual compañera sentimental del acusado. Ambos, según relató ayer una testigo, comenzaron a discutir con vehemencia. "Me insultó y me decía cosas de mi mujer", apuntó el procesado, que se encuentra en prisión preventiva por estos hechos.

Acto seguido, el agredido, que responde a las iniciales A. R., sacó un cuchillo pero le fue arrebatado por el procesado, M. A. R. que se cortó en la mano al sustraer el arma. Fruto de la pelea, según el Fiscal, le apuñaló en el pecho hasta en cuatro ocasiones y se dio a la fuga. Con posterioridad se entregó en la Comisaría voluntariamente.

En la sesión inconclusa de ayer prestó declaración la mujer que vincula a estos dos hombres. "Me llamó un día y me dijo que me iba a rajar la cara y se lo conté a mi novio", aseguró la actual pareja del detenido que no estuvo presente en los hechos porque mientras él esperaba a la salida de los niños del colegio, ella subió a su domicilio.

El acusado se enfrenta a la pena de cinco años de prisión y otros diez de expulsión del territorio nacional que le pide la Fiscalía por esta agresión con arma blanca. Su defensa requiere la libre absolución.