Tras dos sesiones intensas en el juicio por la "operación Tortellini" -la investigación que permitió desarticular una supuesta red de tráfico de drogas que operaba en Gijón- con los testimonios de los siete acusados y de los agentes de la Guardia Civil que participaron en los seguimientos y el operativo de detención, la de ayer fue más liviana y breve. Una tercera sesión protagonizada por uno de los acusados, Carlos V. V., que inició la vista oral con la petición de prescindir de los servicios de su abogada, Ana García Boto, la defensora de José Ángel Fernández Villa en otro proceso.

"Hay cosas que no me parecen correctas en la forma de llevar mi defensa, veo conflicto de intereses, he perdido la confianza en ella y me siento indefenso", aseguró Carlos V. V., acusado de los delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. "No ha llevado el tema debidamente y solicito tiempo para encontrar a un nuevo abogado", añadió el procesado que afronta ocho años de cárcel.

El tribunal de la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, presidido por Bernardo Donapetry, rechazó la propuesta. "Ha tenido usted tiempo de sobra para solicitarlo, y ha esperado a la tercera sesión", dictaminó el magistrado que tampoco permitió a García Boto abandonar la sala cuando ésta se lo solicitó tras "haber perdido la confianza de mi defendido" elevando una protesta. "Proteste usted si quiere, hasta en el tribunal europeo, pero hoy se queda en la sala", respondió el juez. García Boto obedeció y siguió el proceso.

La tercera sesión contó con la declaración de una psicóloga que, en calidad de perito, aseguró que dos de los acusados, Carlos V. V. e Ismael S. B., eran consumidores de cocaína de forma habitual. No obstante, indicó que esta práctica suponía "un consumo perjudicial para su salud pero no una dependencia". La cuarta sesión, prevista para esta mañana, servirá para que la Fiscalía y las defensas aporten sus conclusiones.