De Baiona a Palma de Mallorca, el fotógrafo asturiano Félix González Muñiz (Avilés, 1945) ha cubierto las principales regatas de vela. Hace tres años publicó un libro, "Asturias Costa Atlántica", que era un confesión de amor al mar y a los paisajes costeros del Principado. Vuelve ahora con "Faros de Asturias", que presentará mañana jueves, a las ocho de la tarde, en la sala Antigua Rula, en el puerto deportivo de Gijón. Estará acompañado de Pepe Díaz, capitán de la Marina Mercante y prologuista de este volumen, y Alberto Vizcaíno, director general de Pesca. Centenar y medio de imágenes que desvelan la belleza de un mundo que se resiste a desaparecer.
-Vuelve a fijar el objetivo en un tema marítimo...
-Soy, fundamentalmente, un fotógrafo náutico. He hecho y hago mucha fotografía relacionada con el mar, desde competiciones deportivas a marinas. Me di cuenta que han pasado más de veinte años desde que se editó el último libro de faros asturianos, pese al atractivo que supone para mucha gente.
- ¿Por qué son atractivos los faros?
-Algunos estudios afirman que el segundo lugar más visitado de Asturias por los turistas, después de Covadonga, es el Cabo Peñas, con el faro y su entorno. Así que hemos visto que un libro de este tipo podía resultar interesante. Los conocía casi todos, desde tierra y desde el mar. Son dieciséis faros y empecé por los próximos a mi casa: Peñas, Avilés, Gijón y Candás. Las imágenes están tomadas casi todas a primera de hora de la mañana y a última hora de la tarde.
-Cuestión de luz, supongo.
-Son las mejores horas para hacer fotografía de paisaje: es cuando la luz resulta más homogénea, cuando menos sombras hay. Y he querido meter fotos nocturnas de todos los faros asturianos.
- Ha optado por incluir en el libro varias imágenes, no una sola toma. ¿Por qué?
-He querido ofrecer una variedad, así que hay siete u ocho fotografías de cada faro. He buscado los cuatro puntos cardinales. Durante el trabajo, hubo días en que no tomaba imágenes al no tener las condiciones adecuadas.
-¿Cuánto tiempo ha dedicado a preparar el libro?
-Con intervalos, año y medio; por ahí, más o menos. Y concentré casi todo el trabajo en los meses de invierno y en algunas semanas de primavera.
-¿Por qué en esos meses?
-La luz del invierno, con las borrascas norteñas, es muy apropiada para hacer fotos de paisaje. El verano suele presentarse con calima, bruma... Al final es una cuestión de luz.
-A diferencia de su libro anterior, "Asturias Costa Atlántica", donde utilizaba el blanco y negro, aquí ha optado por el color...
-Bueno, porque quería captar los contrastes de los cielos: los amarillos de los atardeceres o los tonos rosa del amanecer, por ejemplo. Quería que no se perdiera esa riqueza cromática. El blanco y negro es más exigente y llega a un público con unas características determinadas, diferente; el color lo acepta todo el mundo.
-¿Los faros asturianos se conservan bien o mal?
-Creo que la conservación de los faros asturianos es bastante aceptable. Hombre, igual hay alguno que necesita una mano de pintura. Aunque la figura del farero ha desaparecido prácticamente, todavía quedan varios. En mi libro menciono a alguno que me acompañó o facilitó el trabajo. Lo que hacen ahora los fareros es que llevan el matenimiento de varios faros. Es una profesión que, en cuanto se jubilen los que están en activo, desaparecerá; ya no se convocan oposiciones. No he hecho fotos de ellos, porque me he centrado sólo en los faros.
-¿Se cerraron faros en Asturias?
-Que yo sepa, no. Siguen funcionando todos. Aunque ahora tenemos GPS, que te dice dónde estás, los capitanes de barco quieren ver la luz del faro cuando llegan por la noche a la costa. Así se aseguran que la posición que marca el GPS del barco es la correcta. Los faros se mantendrán, porque es una señal marítima que lleva acompañando a los navegantes desde hace más de dos mil años.
-¿Asturias es la comunidad del Cantábrico con mayor número de faros?
-Así es. Asturias tiene 345 kilómetros de costa, o sea, más que Cantabria y el País Vasco. Excluimos, claro, la Galicia atlántica.
-¿Los faros asturianos son también un reclamo turístico?
-Veo a muchas personas que se acercan hasta los faros para disfrutar de su entorno. Suelen ser lugares alejados de núcleos urbanos, con acantilados impresionantes o playas. Mi opinión es que se visitan bastante. Sé que en Galicia hay una ruta de los faros, algo que también tiene Menorca. En Vegadeo han hecho una casa de turismo que se puede alquilar.
-¿Cuál es el faro asturiano que más buscan los turistas?
-El del Cabo Peñas, sobre todo. Y el de Lastres tiene, por ejemplo, mucha gente siempre, y el de Cabo Busto. Los faros siguen teniendo encanto. Mucha gente hace esas visitas a los faros y su entorno. Son construcciones singulares, algo mágicas.
-¿Qué destacaría de este trabajo fotográfico?
-La verdad es que fue algo plácido, aunque es cierto que le he dedicado mucho tiempo. Hay que utilizar trípode, porque a última hora de día no hay ya luz suficiente. Hay que dedicarle horas, pero ha sido muy gratificante.
-¿Qué es lo más le interesaba?
-Captar la luz de Asturias con las estructuras de los faros y el mar, aunque con el de Ribadesella fue imposible.
-Usted es un fotógrafo del mar, como ha dicho, pero recuerdo una exposición suya sobre las carreras de Ascot. ¿Qué será lo próximo?
-Seguiré concentrado en el mar. Tengo varios proyectos.
