La línea conceptual de "Shadow writing (Algoritmo/Quipu", la propuesta con la que Lorenzo Sandoval obtuvo la quinta beca de producción "DKV Seguros/Álvarez Margaride", es la siguiente: la moderna computación y el cálculo avanzado tienen unos orígenes disímiles, que él define como "transculturales" y que van de los "quipus" o las "yupanas" de los incas, a una figura de tanta enjundia intelectual como Muhammad ibn Musa al-Kwharizm (o al-Juarismi), matemático y astrónomo persa musulmán que vivió a caballo entre los siglos VIII y IX y al que se debe el concepto de algoritmo o el desarrollo del álgebra. Dicho de otra manera: lo que el artista cuestiona con su muy elaborada obra, con acabados que incluyen ecos estéticos de una formalización muy elegante, es que la computación sea el resultado secular de una indagación exclusivamente occidental.

"Mi instalación propone un modelo especulativo de la historia de la computación", explicó ayer Lorenzo Sandoval en la presentación de su "Shadow writing". Este artista, que nació en Madrid en 1980 y vive en Berlín, es el ganador de la quinta beca de producción "DKV Seguros-Álvarez Margaride", una convocatorio de apoyo al arte que incorpora el uso de nuevas tecnologías y que es, también, un homenaje al fallecido empresario gijonés. "Es nuestra manera de apoyar a los creadores emergentes", subrayó Julia Díaz Salgado, representante de la citada aseguradora.

"Es una iniciativa única en el contexto español", manifestó, por su lado, Lorenzo Sandoval, que funge también como comisario y está en posesión de varios premios. Su obra estará en Laboral Centro de Arte hasta el próximo 31 de agosto y luego se expondrá en La Tabacalera de Lavapiés, en Madrid, según anunció la directora de actividades de las instalaciones gijonesas, Karin Ohlenschläger. Para ésta, "Shadow writing" muestra la universalidad de las matemáticas y una puesta en tela de juicio de los orígenes occidentales de la actual cultura digital. "Incorpora una investigación muy importante", añadió.

"Me ha interesado mucho investigar esos orígenes de la computación", insistió Lorenzo Sandoval, que emplea en esta instalación diversos materiales y disciplinas: del vídeo a la fabricación digital con intención escultórica; del metracrilato o el aluminio, a la madera, las cuerdas o el vidrio. Una suma de técnicas y de referencias culturales: una cerámica de Laboral lleva a otra de Talavera de la Reina, y de ahí a los ecos de la cultura árabe. El mundo como una fructífera analogía. Por ejemplo: las torres de viento de las edificaciones persas o árabes están en el origen de los sistemas de enfriamiento de nuestros ordenadores. Una exposición que trabaja también con el espacio.