Al prestigioso coleccionista de arte, ingeniero y empresario cántabro Jaime Sordo le gusta cuidar su relación con Gijón. No sólo forma parte del patronato de Laboral Centro de Arte, sino que también da apoyo al premio de creación "LABjoven". Propietario de "Colección Los Bragales", ese vínculo se estrechó aún más hace dos años con la gran exposición que, a partir de esos fondos artísticos, acogió el Centro Antiguo Instituto. Y volvió a ponerse de manifiesto ayer con la inauguración en el Museo Casa Natal de Jovellanos de la muestra "El arte invitado. La modernidad y el informalismo como diálogo". "Volver aquí es hacerlo a mi segunda casa", afirmó,

La exposición, que estará abierta al público en Cimavilla hasta el próximo 17 de septiembre, reúne un total de catorce obras de algunos de los más conspicuos representantes de la modernidad pictórica española: de Tàpies a tres de los fundadores de "El Paso", núcleo duro del informalismo español (Millares, Canogar y Luis Feito), pasando por representantes de las Escuela Española de París (Ismael González de la Serna), de la Escuela de Madrid (Cristino de Vera), del grupo vanguardista barcelonés "Dau al Set" (Tharrats o Ponç) o surrealistas (Eugenio Granell) y abstractos líricos como Esteban Vicente.

Si a los nombres anteriores añadimos los de Hernández Mompó, Óscar Domínguez, Antonio Quirós y Lucio Muñoz, tendremos la nómina completa de "El arte invitado". Una exposición, en suma, que es también una muy escogida entrada a algunas de las líneas de ruptura del arte español a partir de los años cincuenta del pasado siglo, en pleno franquismo. La muestra está pensada, además, para que pueda "dialogar" (fue la palabra que eligió ayer Jaime Sordo) con los sobresalientes cuadros que Casa Natal de Jovellanos tiene de los pintores gijoneses ya fallecidos Antonio Suárez (uno de los fundadores de "El Paso") y Orlando Pelayo (otro de los imprescindibles de la Escuela española de París). Unos y otros pueden verse en la misma planta del museo.

La concejala de Cultura, Montserrat López, se refirió a la importancia de "El arte invitado" no sólo por sus cualidades expositivas. También porque es, a su juicio, un ejemplo de cómo construir "un espacio común entre el sector público y el privado". Jaime Sordo, que estudió ocho años en la Laboral, recibió en 2013 el reconocimiento del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) como coleccionista del año. "Los Bragales" reúne más de cuatrocientas piezas que han sido objeto de veinticinco exposiciones y ochenta préstamos. Jaime Sordo ha contado, curiosamente, que el primer cuadro que compró siendo aún estudiante fue de la pintora gijonesa Pepa Osorio.

"Es una exposición que está planteada para poner en volver una parte importante de nuestros fondos, los de Antonio Suárez y Orlando Pelayo", señaló Lucía Peláez, directora de los museos artísticos gijoneses.