La entrega del premio "Álvarez Margaride" a la trayectoria empresarial, que acogió ayer el Real Club de Regatas de Gijón en noche de San Juan, hizo de propicio altavoz a la excelencia. Fue a propósito de la entrega del premio "Álvarez Margaride" (el fallecido y recordado empresario del Natahoyo) a toda una trayectoria empresarial. En esta séptima edición ha sido para el oftalmólogo y catedrático -entre otras muchas cosas- Luis Fernández-Vega, representante de la cuarta generación de una familia de afamados médicos y director del reputado instituto que lleva su apellido. "Queremos contribuir a una Asturias más abierta, próspera y equilibrada", afirmó el galardonado.

Noche de temperatura agradable en la terraza del Club de Regatas, abalconada hacia la bahía. Y más de doscientas cincuenta personas que se reunieron para subrayar con su presencia la importancia de la obra personificada en Luis Fernández-Vega: del presidente del Principado, Javier Fernández, al Padre Ángel y su inseparable bufanda roja; de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, al presidente del Banco Sabadell, José Oliu. Los premios "Álvarez Margaride" fueron creador por la asociación "Asturias Patria Querida" y están patrocinados por el Banco Sabadell, Asturiana de Zinc, Thyssen-Krupp y DKV Seguros. El presidente de esta compañía, Javier Vega de Seoane, describió al galardonado como un paradigma de "gran empresario", es decir, alguien que "genera riqueza y empleo".

Hubo una reiterada coincidencia en resaltar ese perfil de Luis Fernández-Vega, aunque, como señaló el profesor Álvaro Cuervo, que hizo la semblanza del homenajeado, la carrera profesional del homenajeado está llena de facetas en las que se entreveran la excelencia, de la que ya se ha hablado, y la capacidad de adaptación a la última revolución tecnológica. "Su trabajo supone un cambio radical que, sobre la base de la I+D+i, sitúa a Asturias como referencia en España, como una primera opción ante un problema oftalmológico". De la realeza abajo, que diría el clásico, son miles los pacientes que ha pasado por las sedes ovetense y madrileña del Instituto Oftalmológico. José Oliu dio algunos datos: cien mil pacientes anuales y la creación de unos seiscientos puestos de trabajo directos e indirectos.