Portavoces de distintos colectivos y agrupaciones musicales tienen hoy una cita con las autoridades municipales para rebajar el nivel de conflicto al que se ha llegado en Gijón con la música en vivo. Las multas a una banda de gaitas que iba a hacer animación callejera en una fiesta hostelera y el conato de paralización de una fiesta escolar por las molestias musicales a los vecinos han sido el banderín de enganche para que unos colectivos que ven con enorme disguto "la escasa sensibilidad de las administraciones públicas para con la música y los músicos" pongan sobre la mesa de la Alcaldía el problema que se arrastra.

"Necesitamos el amparo municipal para la música en directo; para que también nosotros y nuestra actividad tenga la consideración de interés social que pueda estar por encima de normativas estrictas e injustas. No se pude ser igual de rigurosos con un concierto de jazz a las dos de la tarde que con un concierto de música amplificada de madrugada. La música en directo es una realidad con muchas expresiones, conciertos de pequeño formato y el Ayuntamiento tiene la obligación de dotar a los ciudadanos de espacis y tiempos en los que todo eso tenga cabida", reclaman Miguel Uría y Lidia López, del colectivo TresBuiTres, y también los firmantes de una carta abierta a Esteban Aparicio, concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad.

Y si las multas o la interrupción de la función escolar pudieran ser la expresión más exagerada de lo que está sucediendo, dicen, lo que no es nada extraordinario es "la persecución y el riesgo de sanción constante al que se tiene sometida en la ciudad a los pequeños negocios hosteleros que apuestan por la música en vivo", sostienen.

El debate sobre la situación de la música, su choque con la normativa aplicada sin distinciones y el mayor poder que se concede a los vecinos que de forma particular emiten sus quejas por ruido, tiene esta semana más trascendencia. Del entendimiento o no que trascienda de la reunión establecida para hoy entre portavoces municipales y músicos dependerá que la Charanga "Ventolín", medalla de plata de la Villa, recoja o no su distinción en la festividad de San Pedro. Un desplante que sí que haría ruido.