Con distintos grados de optimismo sobre los resultados que se puedan conseguir pero con una vía de negociación abierta para buscar una solución consensuada a los problemas que sufre la música en vivo en la ciudad salían ayer los representantes de varios colectivos de músicos de una reunión con el gobierno municipal. Reunión que encabezó la propia Alcaldesa, que estuvo acompañada por el vicealcalde Fernando Couto y la directiva responsable del área de Medio Ambiente, Clara González-Pedraz. Carmen Moriyón le transmitió a los músicos su deseo de encontrar una solución, y de manera urgente, para evitar que en el intenso verano de ocio y fiesta que tiene la ciudad por delante vuelvan a repetirse polémicas como las del grupo de gaiteros multado por tocar en Cimadevilla.

Músicos y munícipes acordaron poner en marcha dos mesas de trabajo que analicen los dos problemas que ahora mismo tienen quienes hacen música en vivo. La primera mesa tratará la problemática de la aplicación de la ordenanza de convivencia en las actuaciones de música en la calle y la segunda se centrará en buscar vías que permitan en Gijón las actuaciones de pequeño formato en locales de hostelería pese a las restricciones que impone la normativa autonómica. Una propuesta de trabajo a más largo plazo y que tiene su prólogo en un acuerdo plenario, aún sin ejecutar, tomado en febrero del año pasado.

Es en la problemática de la música en la calle donde se centrarán los trabajos de los próximos días. La Alcaldesa pidió a los músicos que le remitiesen sus sugerencias antes de mañana para debatirlas en una nueva reunión a dos bandas convocada para el viernes. Si el gobierno local las considera asumibles se harían efectivas a la menor brevedad. Los músicos ven más que factible llegar a acuerdos sobre la regulación de horarios y formatos aunque también quieren luchar por eliminar el actual sistema de licencias.

Aunque su prioridad es que se respete la actividad musical y sólo se sancionen actuaciones que verdaderamente generan molestias. La normativa actual prohibe este tipo de manifestaciones en la calle superen o no superen los decibelios permitidos. "La música está más perjudicada que otras actividades que sí generan ruidos o problemas de convivencia. No puede ser. Los niños tienen que saber que no es lo mismo tocar una guitarra que pegar patadas a una papelera", explicaban ayer Mapi Quintana, Lidia López, Fran Avilés y José Ramón Feito -representantes del Colectivo Asturiano de Jazz, el colectivo TresBuiTres y la Caja de Músicos- tras salir de la reunión con Foro. También hubo representación de la charanga "Ventolín".

Los colectivos de músicos piden al Ayuntamiento que vaya más allá de la estricta aplicación de la norma para defender la música en vivo como una manifestación cultural pero también una actividad que genera economía y en seña de identidad de la ciudad. Y otro mensaje de los profesionales: no se trata de enfrentar a los músicos con los vecinos que reivindican su descanso. El gobierno municipal parece dispuesto a "flexibilizar" la aplicación de la ordenanza a la música.