Anunciaba ese día el cese de sus protestas, al menos diarias, metiendo mucho ruido y con mucha incidencia en la prensa. Había habido incluso agresiones contra arqueólogos que trabajaban en las termas romanas y se habían mezclado en la cuestión asuntos como que las obras de remodelación del Campo Valdés tapaban parte de la iglesia de San Pedro y que árboles centenarios se habían talado "a las siete de la mañana".