Regresan a casa después de haber vivido "una etapa que recordaremos el resto de nuestras vidas". Son estudiantes de Formación Profesional en el Instituto N.º1 y Finlandia, Eslovaquia, Eslovenia y Letonia fueron algunos de sus destinos como jóvenes "erasmus" que completaban su formación con prácticas en empresas. El centro gijonés cumple veintiocho años de participación en programas europeos de movilidad y ha superado ya la cifra de los mil alumnos que, por un tiempo, cambiaron España por la experiencia educativa europea. Los últimos han sido los 24 estudiantes que acaban de regresar.
A Tamara Sierra Pidal, estudiante de Peluquería, su periodo en Liubliana (Eslovenia) le sirvió para recibir una oferta de empleo en la empresa a la que acudió. "Estuve trabajando como si llevase mucho tiempo allí y me dejaron hacer de todo, rememora antes de confesar que "tengo una oferta de trabajo para volver". Aún no sabe si realmente cambiará España por Eslovenia. "Primero quiero acabar la formación aquí, en el centro", matiza. Puede que por ahora le tire más trabajar en Asturias pero "quizás en un futuro...".
El caso de Raquel Morcillo Gómez tiene similitudes con el de Tamara. Esta alumna de Estética trabajó durante un mes en un pequeño pueblo a las afueras de Liubliana donde pudo aprender "diferentes técnicas de trabajo". En aquel pequeño pueblo apenas se hablaba inglés, por lo que era una de las encargadas la que hacía de traductora. Sin embargo, cuenta que al final "ya entendía algunas palabras, algunos saludos e incluso algunas frases enteras en esloveno".
Morcillo destaca de su experiencia formativa el apoyo recibido por parte del centro: "Incluso vino un profesor con nosotros durante la primera semana para comprobar que todo estuviese en orden".
Carolina Álvarez Martínez también se formó en Estética. "Estuve dos meses en Liubliana trabajando en un centro de estética que principalmente se dedicaba al masaje", explica. Allí tuvo suerte porque al ser una empresa pequeña "pude ayudar en temas de marketing, comercialización y publicidad". A Carolina le resultó muy satisfactorio que "me pidieran opinión para cosas que eran de la empresa y los trabajadores de allí me trataron de forma muy cercana, como si fuese una empleada más, en vez de la chica de prácticas que está allí mirando sin hacer nada. Eso lo agradezco mucho".
Mariano Argüelles, coordinador del programa de movilidad en el centro educativo asegura que el objetivo del programa es "que los alumnos aprendan a moverse en situaciones de la vida real".
Meta lograda por Gerson Isaac González Martín y Miguel Ángel Bonilla Acevedo, quienes apostaron por vivir su experiencia en Vaasa (Finlandia). Gerson estudió Sistemas Microinformáticos. "Estuve en una empresa cuyos jefes eran unos chavales que estuvieron en mi mismo módulo hace un par de años y se quedaron allí a trabajar", lo que demuestra que este programa europeo de movilidad tiene buenos resultados. En Vaasa aprendió "mucho más que en el propio módulo".
Miguel Ángel Bonilla asegura que la gente de Finlandia es un poco más cerrada que la de España, "pero la relación es buena". Estudió Gestión Administrativa y realizó las prácticas en un centro comercial. Uno de los elementos básicos para el joven gijonés de ese paso es que pudo aprender a moverse en otro país y en otra cultura. "Recomendaría esta experiencia a todo aquel que tenga la posibilidad de vivirla, porque te facilita mucho las cosas", explica. "Ahora, de hecho, me plantearía viajar e ir a trabajar a otros países de Europa", concluye.
Unos y otros dejan atrás una bonita experiencia que recordarán siempre y que seguro que les habrá convertido en personas más íntegras y capacitadas para el día de mañana.
