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El rechazo al museo municipal obliga a archivar más de 5.000 obras de arte

Fondos tan importantes como el "Legado Lledó-Suárez" seguirán sin exponerse por no habilitar un sitio en Tabacalera o Comercio

De izquierda a derecha, "San Gregorio", de Arthur Wolfort, y "Cristo crucificado entre Santo Domingo y Santa Catalina de Siena", de la Escuela de Anton van Dyck, ambos del "Legado Lledó-Suárez", y la sala del Museo Casa Natal Jovellanos dedicada a Navascués.

Pese a las notables inversiones que tiene en marcha el Gobierno de Foro en infraestructuras culturales, con la rehabilitación de la antigua Escuela de Comercio y las obras en el viejo edificio de Tabacalera, Gijón seguirá sin las instalaciones museísticas que necesita para poder exponer en las condiciones debidas las más de cinco mil obras de arte (5.058 para ser exactos) que se custodian y conservan en los fondos municipales.

Colecciones tan importantes como el "Legado Lledó-Suárez", que incluye piezas representativas de la pintura europea desde los siglos XVI al XIX (flamenca y holandesa, italiana, inglesa, francesa y española), tendrán que seguir archivadas y lejos de la atención de aficionados y público. La alcaldesa, Carmen Moriyón, ha lamentado públicamente una situación que conocen perfectamente todos los grupos con representación municipal. Parece decidida, sin embargo, a plegarse a un proyectado plan de usos para Tabacalera, en Gijón, que excluye la propuesta de un museo municipal, según los planteamientos iniciales. Y ningún grupo con representación en el Ayuntamiento ha levantado hasta ahora la voz ante la posibilidad de que ese importante acervo artístico gijonés siga, por tiempo indefinido, almacenado en las naves de la antigua fábrica de cerámicas Piti, en la parroquia de Leorio.

La decisión de prescindir de un amplio espacio museístico en Tabacalera (es lo que se transmitió en la presentación del plan de usos para el inmueble de Cimavilla), el lugar donde se quería exponer buena parte de ese fondo artístico, ha provocado un monumental enfado entre algunos responsables culturales gijoneses. No son sólo los cuadros del "Legado Lledó-Suárez" los que seguirán lejos de la vista del público, sino también la colección de artes industriales, dibujo, fotografía o pintura y escultura asturianas. Por no hablar de las colecciones de artistas tan importantes como Antonio Suárez, Navascués, Juan Botas, Melquíades Álvarez, Rubio Camín, Amador o Maojo, que sólo se pueden ver parcialmente. A todo eso hay que añadir los más de 72.000 registros documentales, que incluyen 11.000 libros monográficos o 12.000 folletos.

Del Ayuntamiento dependen dos museos de bellas artes: el monográfico dedicado a Nicanor Piñole, en la plaza de Europa, y el Museo Casa Natal de Jovellanos, en Cimavilla. Es esta última instalación, que en puridad debería ser un centro dedicado al gran ilustrado, la que sirve desde hace años como espacio expositivo de la importante pinacoteca municipal. La cifra de visitas de público no es insatisfactoria, al contrario: 45.000 visitantes al año, de los que 15.000 (14.000 de fuera de la ciudad) acuden en verano.

El problema es que las limitaciones del citado museo, y no sólo las de espacio, son más que evidentes. Es imposible exponer más de un centenar de piezas de los más de cinco mil fondos artísticos municipales. Es cierto que los responsables de las instalaciones cambian de vez en cuando los contenidos para poder dar curso a las distintas colecciones locales (también la Lledó-Suárez), pero no hay capacidad física para exposiciones más ambiciosas. Y, además, es un edificio antiguo, con escalera interior, que ni siquiera reúne las condiciones que han de tener espacios de este tipo. No es un museo que puedan recorrer, por ejemplo, personas con problemas de movilidad.

La idea de hacer en Tabacalera unas instalaciones museísticas que permitieran contar la historia de la ciudad, pero en las que se pudiera mostrar una buena parte de lo mejor de los fondos artísticos municipales, ha ido desechándose en favor de otros usos. El nuevo plan, pergeñado a partir de unas 1.300 consultas, prevé un centro vecinal, entre otros equipamientos, y una menor dedicación museística.

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