El tenor Joaquín Pixán (Cangas del Narcea, 1950) se encuentra inmerso en la organización del II Curso de Interpretación de la Canción Asturiana de Gijón, que se inaugura esta tarde en el Ateneo Jovellanos y que este año homenajea a los gaiteros. Se trata de una cita cada vez más concurrida en la que además se intentará "dar imagen de unidad", con la presencia de 60 campeones de este género en busca constante de una renovación "necesaria".
- Este año homenajean a los gaiteros. ¿Por qué?
-Por una razón de justicia. La figura del gaitero de los últimos tiempos está inexcusablemente ligada a la del cantante, es un compañero insustituible. Y además creo que los gaiteros de hoy han conseguido en la cuestión artística, elevar el nivel a unas cotas impensables. Estamos hablando de la aparición de Manolo Quirós y la gran eclosión que se dio después gracias a Hevia. Además la figura humana del gaitero se ha revalorizado de una forma extraordinaria: los gaiteros tienen una gran formación, nada que ver con lo que un día fue esa figura legendaria. Una figura encomiable y extraordinaria, pero muy diferente.
- ¿Qué gaitero ha sido su referencia?
-Yo tuve la suerte de cantar con legendarios como Fariñas y Remis Ovalle, y con casi todos los actuales. Desde el punto de vista humano, en el trato personal he tenido una relación extraordinaria con todos. Es verdad que la figura de Remis es muy atractiva, no en vano todos los gaiteros actuales lo tienen como una referencia. Y aparte de eso era una persona de una gran sensibilidad, muy inteligente y una excelente persona.
- En los cursos contarán con la presencia de Antonio Gamoneda. ¿Cómo han llegado a establecer semejante conexión?
-Cuando pensé en hacer una propuesta de renovación de lo que entendemos como canción asturiana del siglo XXI, necesitaba un poeta grande para una propuesta tan ambiciosa. En un primer momento pregunté a Pedro de Silva, quien me recomendó a Gamoneda. Y a él le pareció bien la propuesta, por sus raíces asturianas.
- ¿Qué aporta un poeta a la canción asturiana?
-Una buena canción tiene que tener un buen texto, incluso si la música es mala, con un buen texto siempre estará ahí. Su aportación ha servido para aportar calidad. En ese sentido acertó a darle una dimensión popular elevando el nivel de los textos.
- ¿La asturianada necesitaba mejorar la calidad de sus textos?
-La música popular de tradición oral que nace del pueblo es de extracción en su mayoría campesina, y por tanto un campesino no tiene por qué saber escribir una gran poesía. Lo que nosotros hemos pretendido es buscar una renovación en este momento, cuando la aspiración del colectivo de la música asturiana es el de hacerse profesional, sacarla a los escenarios y conquistar públicos nuevos.
- ¿Es necesario renovarse?
-No sé si es necesario, a nuestro entender sí. Habrá quien diga que no, que habrá que dejar la canción asturiana ahí tal y como está. Yo soy de los que creo que se han cantado extraordinariamente bien en la época dorada de Xuacu de Sama, Juanín de Mieres, la Busdonga, los Cuatro Ases o más recientemente el Presi. Son grandes referentes y quizás fue la época más dorada de la canción asturiana. Y yo creo que eso se ha perdido un poco. Hay que conjugar la tradición con una innovación inteligente, en el sentido de que sea consecuente con lo que es el discurso tradicional.
- Cada vez hay intérpretes más jóvenes...
-Yo vengo de una época en la que estaba mal visto hablar en asturiano y ahora en cambio, y afortunadamente, sacamos pecho con orgullo de nuestros distintos bables. También con la música se ha dado una "desvergüenza", una querencia hacia ese mundo desde el mundo joven. Eso es lo que hay que hacer, en otras comunidades se lleva con mucho orgullo. Hay que tratar de conquistar y que ese mundo más cultivado, el universitario, el profesional, se sienta identificado con este tipo de música. Son nuestras señas de identidad.
- ¿Cómo valora que los conservatorios oferten la tonada como estudio?
-Eso es esencial, ya era hora y me alegro muchísimo de que el Principado de Asturias haya tenido esa sensibilidad. El consejero me lo anunció hace ya dos años y parece ser que ya es un hecho. hay que empezar por ahí y espero que se haga bien.
- ¿Qué enseñanza fundamental quiere transmitir a sus alumnos?
-Lo primero que tengo que decir es que contamos ya con una treintena de alumnos, que es una cifra increíble. Yo quiero transmitir a quienes me vengan a pedir consejo que hay que cantar con arreglo a dos cuestiones: hacerlo técnicamente bien para que el resultado sea una afinación correcta, cosa que a veces se está abandonando. Y también hay que cuidar cualquier invasión ajena de otras formas de cantar. Es algo que he podido detectar de la música de otras comunidades, por ejemplo de la música andaluza que tiene tanta penetración.
- ¿Está influyendo en la asturianada?
-Yo creo que hay quien no distingue entre lo que es un giro de una copla y el de una canción asturiana. Aunque las raíces pudieran ser las mismas, cada estilo toma personalidad propia en cada sitio.
- Cada vez hay más cantantes de tonada cántabros...
-Es una maravilla. Ya lo dice el presidente de Cantabria, que Asturias no empieza en Unquera. El occidente de Cantabria y el oriente de Asturias son iguales, y por supuesto las músicas también. Son intérpretes jóvenes que no sienten vergüenza sino todo lo contrario, al ser portavoces de esa cultura.
- ¿Sigue siendo necesaria la autoafirmación?
-Yo creo que sí. Uno de nuestros objetivos sería el de poder reconquistar terreno entre el público. Y eso se consigue con un discurso que sea atractivo: lo mismo que van a una ópera o a un espectáculo de música ligera puedan venir a un espectáculo de su música y su canto, si se sienten identificados. Hasta estos momentos el público de la tonada siempre es el mismo y quizás necesite una renovación.
- ¿Cómo se hace?
-No tengo la respuesta, pero yo creo que hay que empezar haciendo una propuesta con la que el público potencial se sienta identificado. Tiene que ser un discurso de cierto nivel cultural, especialmente de cara al público más joven que sigue siendo muy poco.
