Cristina Mitre, la gijonesa fundadora de Mujeres que Corren, además de periodista, escritora y embajadora de la ONG "1entre100.000", ofreció ayer una charla en Metrópoli sobre deporte, mujeres, inspiración y futuro-
- ¿Cómo se hace para ser Cristina Mitre, con ese estilo de vida tranquilo pero lleno de proyectos?
-He aprendido a reservarme momentos de "no hacer". Paso bastante tiempo fuera de casa y creo que incluso por encima de comer bien está descansar bien. Llevo las siete horas de sueño a rajatabla. Y aunque parezca que hago mucho en realidad no es más que lo que hacen otras mujeres, lo que pasa es que tengo más visibilidad.
- Empezó su proyecto, "Mujeres que corren", desde cero. ¿Por qué cree que hay menos mujeres deportistas?
-La razón es histórica, en España el atletismo les estuvo prohibido a las mujeres desde el principio de la guerra civil hasta el 63. Se creía que era exhibicionista y masculinizante. No teníamos referentes deportivos, yo no crecí con una Mireia Del Monte, crecí con Eva Nasarre y sus calentadores. Nuestra incorporación al atletismo popular ha hecho que nos planteemos que podemos hacer muchas más cosas de las que pensábamos.
- Hablando de deportistas femeninas. ¿Cómo fue correr la maratón de Boston junto a la primera mujer en conseguir superarla, Katherine Switzer?
-Fue una experiencia que probablemente no olvidaré en mi vida. Me costó muchísimo llegar a la maratón por las marcas de corte que exigen a los corredores, pero se lo había prometido a Katherine. Para mí, esa mujer que podía haber sido una foto en blanco y negro más de aquella carrera en el 67 y sin embargo logró convertirla en una lucha por las mujeres, era una celebración del deporte. La carrera de este año en Boston ha sido un momento histórico y poder vivirlo con ella fue increíble.
- Katherine inaugura la sección de su blog sobre mujeres extraordinarias. ¿Qué significa este adjetivo para usted?
-Una mujer extraordinaria es la que se atreve a soñar en grande y además se arremanga para hacerlo. Todas esas mujeres que actúan para cambiar el mundo desde su entorno, transformando la vida de la gente que tienen cerca lo son.
- También es usted embajadora de "1entre100.000", un proyecto de ayuda al tratamiento de la leucemia infantil
-Estoy muy contenta de cómo está funcionando. En Boston logramos recaudar 10.000 euros para el proyecto. Lo hicimos con "Mujeres que corren", que no es una fundación sino un movimiento social. No sabía cómo reconducir al grupo y hablando con la fundación "1entre100.000" se nos ocurrió crear una beca de investigación. La actividad física nos pareció una buena base así que lo hablamos con el director del área de Oncología del Hospital Niño Jesús, Luis Madero. Nos contó que efectivamente, existía un proyecto en el hospital que tenía el fin de probar cómo el ejercicio físico impulsa el sistema inmune de los niños con cáncer. Si logramos probarlo, estos niños podrán sumar un tratamiento deportivo al de quimioterapia y no hay mejor excusa para correr que pensar que el esfuerzo que hagamos suma para sacar esta beca adelante.
- ¿Algún otro proyecto de futuro?
-En noviembre estreno mi primer documental, con idea original y guión realizados por mí. Hace un repaso histórico del deporte femenino en España, sobre todo desde la perspectiva del runing.
- En medio de todo esto, ¿cómo es volver a estar en casa?
-He cogido un avión para estar menos de un día en Gijón y poder venir a Metrópoli. Creo que eso explica el amor que tengo por esta ciudad y el apoyo que siempre daré a cualquier iniciativa cultural y deportiva que se celebre aquí. Gijón es mi casa y aunque sea para menos de 24 horas siempre compensa venir.
