La ilustración y el diseño gráfico asturianos recorrieron desde mediados del siglo XIX y hasta la Guerra Civil un muy interesante camino, cuajado de obras de extraordinaria calidad y de relevante sentido histórico, no siempre conocido por el gran público y poco estudiado por los especialistas. Una situación que contribuye a subsanar de manera eficaz "Líneas al vuelo", magna exposición comisariada por Francisco Crabiffosse -la persona que mejor y más ampliamente ha profundizado en esos materiales- e inaugurada ayer en el Centro Antiguo Instituto. Son más de quinientas piezas que permiten seguir las transformaciones artísticas del arte gráfico en el Principado desde 1879 a 1937: de José Cuevas a Germán Horacio, pasando por autores tan imprescindibles como Álvarez Sala, Evaristo Valle, Piñole, Moré, Joaquín Vaquero Palacios o Alejandro Sirio, entre otros.
"Líneas al vuelo" (el título es un guiño a Germán Horacio, el gran cartelista republicano e hijo de Pachín de Melás) es una ambiciosa y muy lograda exposición, montada además con más de un 80 por ciento de fondos gijoneses. La piezas pertenecen a los notables archivos del Muséu del Pueblu d'Asturies y del Museo Casa Natal de Jovellanos, aunque han colaborado también con sus aportaciones varios particulares , junSto con el Museo Evaristo Valle, las Bibliotecas Jovellanos y Pérez de Ayala, además del Museo ABC. Junto con el exhaustivo Crabiffose, presentaron la muestra la concejala de Cultura, Montserrat López, y la directora de los museos gijoneses de Bellas Artes, Lucía Peláez. La exposición estará abierta al público hasta el próximo 5 de noviembre.
Crabiffosse, que prometió tener cerrado a finales de este año su estudio sobre el periodo que se documenta en "Líneas al vuelo", explicó las líneas maestras de un conjunto expositivo que ha quedado dividido en cinco secciones: los orígenes de la ilustración gráfica, con una sala dedicada a José Cuevas, maestro fundador y referencia inexcusable; los cambios artísticos de finales del siglo XIX y cómo dejaron huella en artistas del fuste de Martínez Abades o Álvarez Sala, ambos ilustradores de "Blanco y Negro"; las rupturas expresivas incorporadas por creadores como Evaristo Valle, Pedrín Sánchez o Piñole; las líneas seguidas a raíz de la bonanza económica que vivió Asturias en los años de la Gran Guerra y, por último, la secular relación con América que alcanza nuevos tonos como consecuencia del exilio republicano.
El comisario explicó cómo la industria litográfica fue asentándose en Oviedo a mediados del siglo XIX. Y también el paulatino desplazamiento hacia Gijón de las más cuidadas artes gráficas y decorativas. Hay que recordar, en este sentido, la importancia de las familias Moré o Truan, con la litografía industrial en el primer caso y, en el segundo, con la fábrica "La Industria".
Después de sus minuciosos estudios, Crabiffosse está persuadido de que se ha hecho, desde Asturias, "una aportación singular" a las artes gráficas. En el trabajo pendiente de publicar recupera la biografía de diecisiete artistas, "algunos de vida triste", que permanecen en el olvido. Son nombres a sumar a los otros más conocidos, presentes con sus trabajos en "Líneas al vuelo".
Resulta asombroso ver los extraordinarios trabajos fundacionales de José Cuevas para "La Ilustración Gallega y Asturiana". Hermano del pintor Telesforo Cuevas, es "uno de los raros titanes asturianos", en palabras de Crabiffosse. "Fue el primero en fijar una visión de Asturias en todos sus aspectos y en reflejar desde la calidad el ser de los asturianos; su influencia llega hasta ahora mismo", aseguró el historiador. Un gozoso recorrido que conduce a Germán Horacio y sus ilustraciones para los incontables libros de Alfonso Camín, o las que firmó Joaquín Vaquero para el "Nueva York" de Paul Morand.
