El Juzgado de lo Penal número 2 de Gijón ha condenado a un hombre a diez meses de prisión por tener en estado de abandono a una perra en un almacén de maderas en Serín, Gijón.

El animal, que carecía de chip y tarjeta sanitaria, estaba en estado de abandono y el acusado no acudía durante largos periodos de tiempo al almacén. El recinto estaba vallado y la perra permanecía encerrada, sin comida, ni agua ni lugar donde cobijarse de la lluvia o el sol.

Fue rescatada el día 5 de Abril de 2016 por la Guardia Civil que la encontró en estado de abandono y gravemente herida, ante las múltiples y reiteradas protestas vecinales y de las personas que por allí paseaban que se preocuparon por su estado de abandono,siendo trasladada a un centro veterinario donde se le apreció desnutrición y deshidratación, heridas supurantes, dolor abdominal, olor purulento en la extremidad y sangre en las inglés.

Examinada médicamente en la clínica veterinaria se detectó una fractura diafísaria de fémur de la pata trasera derecha sin tratar y por el que el acusado no le proporciono los adecuados cuidados, llegando a producirle artrosis y anquilosis de rodilla,infección de tejidos blandos, osteomielitis y contractura de músculo cuádriceps que determinaron la necesidad de amputación de dicho miembro, siendo acogida por la protectora de animales de El Trasgu en cuyas instalaciones permanece.

El acusado en su interrogatorio ya dejó claro cuál era su actitud respecto del animal, cuando manifestó que "era un perro de guarda y que todo el que tenía uno sabía lo que había", afirmando que no dejaba que le dieran de comer "porque sino no vigilaba el recinto que era su cometido", extremo en que se volvió a reafirmar cuando manifestó que "fue atropellada por un vehículo y que quedó coja pero que valía para su cometido".