"Es imposible que mi hijo se enfrente con nadie, no le gustan las peleas, siempre ha huido de ellas; tengo claro que le fueron a buscar porque ya antes les estuvieron molestando e insultando dentro del bar". La madre de Germán F. F., el joven que permanece en coma inducido en el HUCA, sigue sin creerse lo que le ha pasado a su hijo, un chico al que sus allegados definen como "noble, alegre, cariñoso, amigo de sus amigos, muy trabajador y con una sonrisa siempre en la cara".

"Creemos que le tiraron una baldosa después de pegarle, hay testigos que lo vieron y así lo declararon en Comisaría; espero que detengan a los responsables porque ya está bien", incide su madre en relación a los altercados que se producen en la zona de Fomento por las noches. Un ruego que también sostiene la hermana del joven, que compartió una reflexión al respecto en sus redes sociales. "Sólo pedimos que salga de ésta y que los culpables lo paguen, que se haga justicia porque casi nos lo matan", escribió. También sus amigos reclaman que se persiga a los autores -dos ya detenidos por la Policía-. "Sólo somos unos chavales de 23 años que salimos a tomar unas copas, a pasarlo bien sin meternos con nadie para que vengan un grupo de gente a meterse con nosotros, amenazarnos y luego a querer matarnos", estima un amigo de Germán, testigo de los hechos. Todos ellos confían en recibir a lo largo del día buenas noticias al respecto de Germán, un chico muy querido en el mundo de la hostelería local, donde trabaja desde hace tiempo.

Comenzó detrás de la barra en el negocio familiar, en el barrio de Pumarín y desde joven despuntó en las sidrerías como un novel de largo recorrido en el escanciado de sidra. Con sólo 19 años se convirtió en el participante más joven del Campeonato regional de escanciadores de Asturias del año 2012. En una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA -por deseo expreso de la familia no se adjunta su fotografía- confesó su pasión por la sidra porque "es lo más nuestro que tenemos" y reconoció que "lo más complicado es la exactitud y el estilo, que el chorro salga recto y rompa en el vaso". Con el tiempo ha pulido la técnica en el escancio y su buen hacer profesional lo valoran profundamente los responsables de la sidrería Tierra Astur de Gijón, donde trabaja desde hace tiempo junto a los otros dos compañeros heridos en el ataque del viernes.

"Son gente sana, chavales excepcionales, maravillosos; parece que nacieron para trabajar en nuestro restaurante, siempre tienen una sonrisa en la cara y son muy trabajadores", explica un responsable del restaurante que muestra todo su apoyo, y el del establecimiento, a la familia de Germán, tanto en estos duros momentos como a partir de la recuperación, que confía "sea lo antes posible". También es trabajador del negocio M. F., otro de los heridos, que pese a recibir siete puntos de sutura en la cabeza una de sus preocupación fue interesarse por cómo se había reorganizado los turnos en el restaurante. "Eso emociona, demuestra la talla de persona que es", explica uno de los responsables del negocio que también está pendiente de la evolución de su otro empleado, A. P., que presenta magulladuras por el altercado.