Dulce Gallego está "satisfecha", pero difícilmente se le podrán olvidar los años que ha estado en la picota judicial, acusada por la Fiscalía y por los actuales gestores municipales de Foro de irregularidades en la adjudicación de obras cuando ejercía de concejala del último gobierno socialista y de presidenta de la Empresa Municipal de Aguas (EMA). Tanto ella como Luis Alemany, exgerente de la EMA, han sido absueltos de los delitos de prevaricación, fraude y exacciones ilegales por los que la fiscalía pedía dos años de cárcel y la acusación ejercida por los actuales gestores municipales una pena aún mayor. Sin embargo, el juez no ve el más mínimo indicio que sustente tales acusaciones. Dulce Gallego, que nunca quiso hacer declaraciones a lo largo del proceso judicial, rompe su silencio con muchas ganas de expresarse y mostrándose más orgullosa que nunca de la gestión que realizó tanto ella como el último gobierno local socialista de Paz Fernández Felgueroso. "Ahora, tras tanto tiempo callando, no voy a ser modesta", advierte la exedil, que estuvo representada legalmente por el letrado José Carlos Álvarez.

- En primer lugar, ¿cómo se siente?

-Me siento satisfecha en el sentido de que fue mucho tiempo, se me hizo muy largo, son más de cuatro años de todo este proceso y hubo momentos muy duros. Me siento satisfecha por mí pero también por otras personas que también son inocentes y lo han pasado muy mal. Y por los trabajadores de la EMA, porque se ponía con todo esto en cuestión el funcionamiento de una empresa que es la joya de todos los gijoneses. Es una satisfacción que va más allá de mí misma.

- Se mantuvo sin hacer declaraciones ni meter públicamente baza a lo largo de todo el proceso. ¿Por qué?

-En todo este tiempo estuve callada, en silencio, sólo al principio dije que éramos inocentes, que habíamos obrado correcta y legalmente. Y mantuve el silencio para que la justicia, en la que yo confío y que hay que poner en valor, pudiera obrar sin presiones, al menos por mi parte.

- ¿Tiene la sentencia absolutoria la contundencia que esperaba?

-La sentencia es contundente en la absolución. Lo es para todos los implicados, repasando todos los asuntos que se pusieron sobre la mesa en el juicio. Va aclarando todo. Es contundente.

- ¿Qué ha significado este proceso judicial para usted?

-Ha significado, personalmente, quebranto de la salud, de la imagen pública, mucho dolor para mi familia y mis amigos. Pero lo que ha significado, en el fondo, es querer desprestigiar una gestión, una empresa, con el objetivo claro de la privatización.

- ¿De verdad cree que ese era el principal propósito de todo esto?

-Pienso eso desde el principio, creo que la privatización no pudo ser porque las segundas elecciones desde que se terminó el gobierno socialista (cuando entraron nuevos grupos en el ayuntamiento y Foro obtuvo un gobierno en minoría) ya no lo permitieron. No ha pasado sólo en Gijón. Ha pasado en muchas otras ciudades donde el agua es un bien de primera necesidad con un valor importantísimo, donde hay una querencia por parte de determinadas empresas, lo cual es muy libre en una economía de mercado, de querer gestionar el agua. Y la EMA es la joya de la corona de los gijoneses

- ¿Entonces más que una acusación y dura crítica contra la gestión socialista cree que había un interés privatizador?

-Ambas cosas. Hay un interés en enturbiar una gestión que, en el caso de la EMA y no sólo por mi parte sino por compañeros anteriores, fue una gestión, y no voy a ser modesta, impecable, que modernizó la empresa, que la hizo puntera. Por sus trabajadores, que eran y son un gran valor. Hubo una gran pérdida con los trabajadores despedidos (por Foro): por Begoña (Fernández Espasande) y Javier (Tagarro), y, por supuesto, por Luis Alemany, que fue un gran funcionario, intachable, con una claridad en la defensa de lo público grandísima. Y se le intentó machacar por todos los medios, desprestigiándolo personalmente. Claro que había un interés de desprestigiar la labor del PSOE, pero también de privatizar la empresa en cuanto pudieran.

- ¿Le reconforta que la mayoría de los que la había tratado como concejala -ya no digo amigos o amigas - manifestaban al menos públicamente que no creían posible que hubiese cometido esos delitos?

-Sí. Hasta que no lo vi por mí misma, a través de las llamadas, de los mensajes, de los correos electrónicos y demás que me mandaba la gente, no era capaz de creer la cantidad de afecto que había construido en la ciudad cuando fui concejala. No voy a ser modesta porque llevo muchos años callando. Y la verdad es que eso me ha ayudado muchísimo para este trayecto: tanto afecto de gente que no es del PSOE y ni son amigos ni cercanos hacia mi persona.

- ¿A quién responsabiliza de todo esto que ha terminado en una absolución?

-Es una responsabilidad colectiva de la derecha de este país: los procesos de querer enturbiar la gestión del PSOE donde había sido más que correcta. La gestión de lo público del Ayuntamiento de Gijón fue impecable. Ese modelo donde la empresa pública obtiene beneficios para reinvertirlos en la ciudad, muchos se fijaron en él, al igual que se fijaban en las políticas activas de empleo, o las de igualdad y medioambientales. Y cito las cosas que más conozco, en las que más trabajé. Gijón era puntero y recibió muchos premios y reconocimientos internacionales, desde la UE o desde Naciones Unidas. Pero luego hubo ese interés de la derecha en enturbiarlo. Y había un interés en que todo con lo que se pudiera hacer caja se privatizase, como la EMA.

- ¿Pero a quién responsabiliza en este caso concreto?

-Al pacto que Foro y PP hicieron para que Moriyón gobernara esta ciudad. Ahí está la responsabilidad de haberse metido en una camisa de once varas donde lo primero que tenían que haber hecho era haber preguntado al interventor o a la secretaria municipal. Pero no. Encargaron un informe erróneo, contratado a una empresa de un amigo de Couto (actual portavoz del gobierno de Foro), que así lo reconoció él mismo en el Pleno, donde se parte de una falsedad respecto a la red de aguas en Gijón. Desde un informe erróneo, todo lo demás es erróneo. En ese pacto del PP con Foro está la responsabilidad. Había unas personas que en ese momento gestionaban la EMA, que fueron las que iniciaron todo esto y que precisamente fueron a declarar al juicio, donde lo hicieron de forma poco o nada convincente.

- ¿Cómo cree que debería responder el gobierno local a esta sentencia?

-Ni lo he pensado. Que respondan como consideren. Eso sí, creo que deberían contar a todos los ciudadanos qué gasto público hicieron en todo esto. Yo tengo una lesión tremenda de rodilla y me achacaban gastos de mi etapa como concejala por usar transporte público para moverme y hacer mi trabajo. Ya que sacaron eso, que es menos que el chocolate del loro, deberían contar cuánto gasto hicieron, porque solamente en indemnizaciones por despidos indebidos, porque fueron despidos improcedentes de buenísimos profesionales, gastaron más de 200.000 euros. Más los abogados, más los informes. Más las calicatas, más los notarios. Todo eso no lo sabemos y lo deberían decir.

- ¿Considera que debería dimitir alguien del gobierno local tras la sentencia absolutoria?

-Deberían pensarlo, deberían pensarlo. A ver qué hacen después de este follón tan grande que montaron.

- Pueden recurrir la sentencia ante la Audiencia Provincial. ¿Cree que lo harán?

-No tengo ni idea. La sentencia es contundente y es lo que tengo que decir.

- ¿Qué le ha parecido la actuación de la Fiscalía?

-Creo que cuando creas un "totum revolutum" como el que crearon, de informes, contrainformes, más informes, denunciar una cosa, luego otra? La Fiscalía fue cerrando temas y sólo quedó este último tema del contrato marco con Suymcoplas y Aldesa, porque no había nada. Pero han creado tal volumen de papeles que calculo que la Fiscalía se vio obligada a actuar. El juez es quien contestó convenientemente.

- Y el juez viene a decir que no había el más mínimo indicio que sustentara esas acusaciones. ¿Por qué cree que siguió la Fiscalía adelante con una acusación sin argumentar, tal y como dice el juez?

-Pues no lo sé. Respecto al funcionamiento del sistema he tratado de ser muy respetuosa. Si tienes ahí un montón de papeles con falsedades no te queda otra que actuar porque necesitas escuchar a la otra parte. Y pudimos ser escuchados en el juicio oral.

- Ni se le pasa por la cabeza que haya intencionalidad política en la actuación fiscal, ¿no?

-Espero que no. Francamente, si ya desconfiamos de nuestro sistema judicial?

- ¿Ha sido una caza de brujas?

-Sí, lo ha sido porque ha tenido un coste personal para mucha gente muy grande. Para las personas que estamos ahí con nombres y apellidos y otras personas que eran trabajadores de las empresas, los de la EMA, que han tenido una gran desazón, las familias? Ha sido una caza de brujas, con nombres y apellidos concretos, fundamentalmente los de Luis Alemany y el mío, pero ha afectado a mucha más gente.

- ¿Volvería a tomar las mismas decisiones si volviese a estar al frente de la EMA?

-Sí, porque fueron decisiones positivas para la empresa y para la ciudad. Se da por hecho que el sistema de control que establecí en la EMA, con Alemany de gerente, era riguroso, y lo siguen manteniendo. Después de todo, despidieron improcedentemente a algunos trabajadores, pero el resto de la cadena ahí sigue.