Un nombre, "Tengamos la tapa en paz", y una idea clara, terminar con la desagradable imagen de palomas y gaviotas campando a sus anchas por las mesas de las terrazas hosteleras de Gijón. Directivos municipales y representantes de la asociación de hostelería y turismo Otea tuvieron ayer el primer encuentro destinado a perfilar las acciones de una campaña que busca, desde la concienciación a hosteleros y ciudadanos, evitar que la proliferación de restos de comida en las terrazas atraiga a las aves.

El objetivo es que la campaña, que se impulsará desde el Ayuntamiento a través de los equipos del área de Sostenibilidad y Cambio Climático y la empresa de limpiezas (Emulsa) pueda estar operativa el próximo mes de agosto.

Los hosteleros fueron quienes solicitaron ayuda municipal ante una realidad que genera problemas de salubridad, malestar entre la clientela y pérdidas económicas a los negocios. Una situación que también ha sido motivo de debate entre hosteleros y munícipes en Pontevedra y Vigo. Los hosteleros de esta ciudad gallega calculan que pierden al mes entre 300 y 500 euros en roturas de vajillas que generan las aves.

Allí, como en Gijón, no parecen tener éxito ni las campañas de control de nidos ni las advertencias a los vecinos de que no les den de comer.