"Creo que la sanción va a ser dura". El abogado gijonés experto en derecho Penal, Ignacio Manso Platero, entiende que el caso de la agresión a Germán F. F., que sufrió una brutal paliza hace una semana en Fomento que le mantiene en coma en el HUCA, va a ser un punto de inflexión. "Desde la Fiscalía quieren acabar con este tipo de actos", asegura tajante Manso, "quieren erradicar las peleas en grupo en las que varias personas la toman con una, sobre todo cuando yace tendido en el suelo", algo que se ha convertido en menos inusual de lo que debería. Por ello, a su modo de ver, y una vez que se esclarezcan los hechos y se llegue a unas conclusiones más claras, el veredicto sancionador va a ser "ejemplarizante".

Manso, como otros expertos, tiene claro la llamada que hay que hacer a la reflexión, para frenar grescas en las que, en muchas ocasiones, sus integrantes no valoran las verdaderas consecuencias que pueden acarrear. "Las sanciones pueden ir desde un mes hasta veinte años de cárcel", puntualiza Manso.

La más reducida de las penas se produciría con un delito leve de lesiones, "en el que la víctima no necesitase tratamiento médico quirúrgico", con penas de uno a tres meses de prisión. Sin embargo, si sí que fuese necesaria esa intervención, si se usase "algún medio o instrumento peligroso" o si el afectado sufriese pérdida o inutilidad de algún órgano o miembro, las penas podrían llegar incluso hasta los 12 años de prisión, advierten los expertos. "Con cada suma de circunstancias, se agrava la pena", asevera Manso.

De los delitos de lesiones, el Código Penal español da el salto a los delitos de homicidio y asesinato. "En caso de homicidio, las condenas van de diez a quince años y, en caso de asesinato, de quince a veinte", resume el abogado. Pero, ¿cuál es la diferencia entre uno y otro? "Que se realice con alevosía, ensañamiento, por una recompensa o para facilitar la comisión de otro delito", explicitan los letrados penalistas. Sin embargo, en estos supuestos se introduce el homicidio imprudente, entendiendo como tal "que el resultado es el homicidio, pero que las acciones realizadas no debían llevar a ello", explica Manso, "como pegar un golpe a alguien queriendo lesionarle pero no matarle y que, en la caída, se golpee la cabeza y acabe por morir".

Hay una última consideración. "Cuando realizas un acto que ha de llevar al homicidio pero por alguna circunstancia independiente al autor, los hechos no finalizan como estaba previsto, con la muerte", relata Manso, en cuyo caso se reduce la pena un grado o dos, es decir "la tentativa de homicidio pasa a ser de cinco a diez años y de asesinato de diez a quince", apuntillan los expertos.

Para los abogados penalistas consultados, lo más importante en estos casos es "identificar perfectamente a los autores de los hechos para saber quién dio el golpe que causó las lesiones más graves", algo que "suele ser muy difícil de conseguir pero entre todos se ha de hacer el esfuerzo porque son penas realmente importantes". Precisamente porque, como en este caso, si hubo agresión con algún elemento de la obra de la calle Marqués de San Esteban, la intención del daño va más allá de una gresca. "Las lealtades están muy bien, pero hasta cierto punto, se están jugando muchos años de cárcel", aseguran letrados cercanos al caso, que entienden que las penas no han de ser iguales para todos los agresores en la brutal paliza a Germán, sino que se ha de identificar al autor principal, el que podría cargar con la pena más grande, por homicidio en grado de tentativa y no por lesiones, con penas que podrían llegar a los quince años de cárcel.

Por su parte, Germán Fernández, el camarero agredido, muestra leves mejorías, por lo que los médicos han decidido retirarle parte de la sedación y la medicación. Su familia se muestra "más confiada" ya que "la presión craneal ya no sube tanto" y, aunque tiene fiebre, está debidamente tratada por los médicos. "Ojalá pronto podamos decir que ya abrió los ojos y todo salió bien", anhelaba ayer su madre, Yolanda Fernández.

Quizá haya recibido Germán parte del ánimo que el mundo del boxeo y los deportes de contacto del Principado le quisieron transmitir ayer por medio de un vídeo que, bajo el lema "Todos somos Germán", apoyaba al joven y su familia al tiempo de mostrar su repulsa "hacia hechos como estos "que nada tienen que ver con los valores de estos deportes".