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La Plazuela se queda sin quiosco en verano

El espacio, convertido en un atractivo hostelero para la plaza de San Miguel, está inmerso en una disputa de concesión

El establecimiento de la plaza de San Miguel, cerrado en verano. ÁNGEL GONZÁLEZ

Hace unos días que cerró el antiguo quiosco de la Plazuela de San Miguel, que había dado origen a un bar con su correspondiente terraza. En pleno verano, ¡un buen momento para cerrar!. El rincón suponía un atractivo más para esta emblemática plaza, uno de las zonas más transitadas y acogedoras de la ciudad. Durante el buen tiempo era un placer acomodarse a las sombras de los vetustos robles que la ennoblecen. Y hemos preguntado la razón de este penoso abandono. ¡Ah!, la respuesta ha sido taxativa: con la burocracia hemos topado, Sancho. Con la lenta, inapelable y torpe burocracia. Es la marca que nos distingue, puro tipikal spanish.

Parece ser que hay dos establecimientos que se disputan su negocio, la cafetería Plaza y el Cafetón. Pero ambos saben que hasta más allá del invierno no habrá un dictamen que adjudique su explotación. Y nosotros nos preguntamos: ¿es admisible esta demora? En mitad de temporada estival, ¿puede impedirse una actividad más que fructífera? Pensemos en sus beneficios, en sus puestos de trabajo, en el adorno que supone su hermosa terraza, en la oferta de solaz para los transeúntes, en la belleza de un espacio dedicado a un insigne gijonés, el general Evaristo San Miguel.

Si Gijón lucha por ser una ciudad de servicios, ¿por qué se ponen trabas a un caso tan claro? Tendrían que ser las autoridades competentes las que urgieran a los demandantes a que presentaran sin dilación sus propuestas y en unos días veríamos restituida su oferta lúdica.

Y a quién Dios de la dé, San Pedro se la bendiga. Pero? tristemente, uno por otro la casa sin barrer. Yo me pregunto: ¿No hay nadie por ahí con arreos? ¿Alguien con las cosas claras, que se preocupe de la imagen de Gijón? Lamentablemente, el tiempo nos lo dirá, señores.

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