Más de una semana después de la agresión en Fomento que mantiene en coma inducido al joven camarero gijonés Germán Fernández, compañero de trabajo de Germán, que tuvo que recibir varios puntos de sutura en la cabeza debido a los reiterados puñetazos y patadas que sufrió.

Las incógnitas sobre los hechos acontecidos en la madrugada del viernes 14 se reproducen, sobre todo en lo relativo a la utilización o no de un objeto contundente, presumiblemente procedente de las obras de la calle Marqués de San Esteban.

Por otro lado, se sigue barruntando la ejecución de, al menos, otra detención de un implicado en la paliza y que podría ser, según apuntan fuentes cercanas al caso, la persona que causó el golpe más dañino al joven Germán.

Sin embargo, lo que cada vez parece esclarecerse más es que el peor parado de la brutal paliza, Germán Fernández, que sigue en coma en el HUCA situado en la esquina entre la calle Marqués de San Esteban y Felipe Menéndez.

Las grabaciones del interior del local dejan entrever una pequeña riña en la que Imad A., uno de los tres detenidos por el caso junto a Yeray R. y David S., se habría encarado con uno de los amigos de Germán, citándolo en el exterior del local para pegarse. Si bien, fuentes cercanas al caso aseguran que "no se distingue bien".

Fue entonces cuando, según cuentan testigos de los hechos, se prendió la mecha. Imad A. y su grupo se desplazó al exterior del local persiguiendo a Germán Fernández, Martín F. y Aarón P. -el tercer agredido, de menor gravedad-, para aprovechar entonces que Germán, "el que menos tenía que ver" con la disputa, se quedó rezagado para acometer la brutal paliza en la que, según amigos de la víctima, tras los golpes acometidos por Imad A., se sumaron más miembros de su grupo, encabezados por Yeray R., para continuar agrediendo al herido en el suelo, además de tomarla también con los acompañantes de Germán cuando fueron en su ayuda. La declaración de dos nuevos testigos el próximo lunes -uno de los cuales asegura que se usó un objeto contundente en la agresión- podría ser clave para el futuro del reo David S., quien asegura que cuando llegó al lugar del ataque ya había ocurrido todo, así como para que se practiquen nuevas detenciones.