Con fatiga, las patas semiflexionadas y siendo fustigado constantemente. Así encontró la Policía Local a un caballo de unos dos años en la avenida Príncipe de Asturias que tiraba de un carro cargado de papel y cartón prensado. A las riendas, dos ciudadanos de origen rumano -Víctor M., de 49 años, y Fanel M., de 47 años- que fueron sancionados por un nuevo caso de maltrato animal en la ciudad. Según los testigos, uno de los individuos propinaba golpes con un palo para incitar al movimiento del equino.

Los hechos ocurrieron a las 15.15 horas de anteayer. Una vecina que vio en qué condiciones se encontraba el caballo alertó a la Policía Local, que también recibió el aviso del centro operativo de la Guardia Civil. Una dotación policial se personó en el lugar y comprobaron que, en efecto, el caballo transitaba con gran dificultad y síntomas de fatiga empujando un carro muy pesado. Los agentes también percibieron su respiración agitada y diversas lesiones en la boca producidas por el bocado, rozaduras en el pecho y que sólo disponía de tres herraduras y además inadecuadas debido a su tamaño.

Los dos sancionados no pudieron acreditar la propiedad por lo que la policía tomó la decisión de contactar con la asociación Caballo Astur, que, sin ánimo de lucro, ofrece refugio al ganado equino en su sede de Noreña que se hicieron cargo de él. "Es un potrín de unos dos años, tipo árabe, muy menudín, flaco y con marcas de llevar un carro; estará aquí con nosotros un tiempo", explica Cristina García, presidenta de la asociación, que reconoce que "no es la primera vez" que esto sucede. "Hace tres años nos llegó un caballo con muchísimas heridas de estos mismos señores, que frecuentan Gijón con carros de caballos", asegura García.

La función de Caballo Astur es proteger a los equinos para luego darlos en adopción a familias que estén interesadas. Antes de encontrarle un nuevo hogar, necesitarán que el Ayuntamiento les remita la documentación correspondiente del caballo para hacer los trámites pertinentes.