La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una polémica escasa de luces

El "Monumento a la tolerancia", de Sevilla, también obra de Chillida, dispone de la iluminación nocturna que se le niega al "Elogio"

El "Monumento a la tolerancia", de Eduardo Chillida, iluminado en Sevilla.

Chillida sí brilla en Sevilla hasta de noche. El "Monumento a la tolerancia" que el artista donostiarra colocó en la capital hispalense en 1992 sí disfruta de iluminación ornamental desde hace años. Esta escultura, con una estética muy similar a la del gijonés "Elogio del horizonte", cuenta con luces en el suelo, apuntando hacia la obra, que la iluminan por la noche sin necesidad de intervenir en la propia estructura.

¿Por qué en Gijón es diferente? Esta pregunta se la hacen desde el Partido Popular después de que el Gobierno local rechazase en el último Pleno su ruego de instalar una iluminación monumental en el "Elogio del horizonte" que corona el Cerro de Santa Catalina, en el barrio de Cimavilla, desde 1988. De ahí que hayan remitido una misiva dirigida a la alcaldesa, Carmen Moriyón, en la que adjuntan fotografías de la escultura de Eduardo Chillida en Sevilla, a orillas del río Guadalquivir.

En la carta remitida, se invita a la alcaldesa, Carmen Moriyón, a "rechazar el inmovilismo, la dejación y la obstrucción política, en muchos casos hacia el Partido Popular, y sobre todo la animo a defender los intereses de Gijón y los gijoneses por encima de intereses particulares y políticos", escribe el concejal Pablo González que no abandona la pretensión de su grupo político de sacarle más partido a una de las imágenes más reconocibles de la ciudad. Más ahora que tienen pruebas de cómo en Sevilla sí lo han hecho.

El argumento de Foro Asturias para no iluminar el "Elogio del horizonte" es el compromiso adquirido -según el concejal de Obras y Mantenimiento, Manuel Arrieta- con la familia del artista de San Sebastián que prohiben tanto instalar iluminación en la zona como incluso intervenir para reparar sus daños. No obstante, al margen de lo que considere conveniente la familia Chillida, el contrato firmado con el Ayuntamiento de Gijón, firmado en 1988 con un coste de ejecución de 100 millones de pesetas, sólo impide transformarlo o mutilarlo. El contrato obliga también al Ayuntamiento a "mantener la obra y su estado en perfecto estado de conservación". Mientras en Sevilla se ve a Chillida por las noches, en Gijón faltan luces.

Compartir el artículo

stats