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AMADOR FERNÁNDEZ CARNERO | Director de la galería de arte Cornión

"Por mucho que se empeñen los artistas nunca conseguirán imitar a la Naturaleza"

"El 'overbooking' del Urriellu me parece triste; yo estoy más feliz en la montaña de al lado, sólo con el compañero de cordada"

Amador Fernández Carnero, en su librería. ÁNGEL GONZÁLEZ

Su contribución al arte ha sido fundamental; de ahí la importancia de su persona. Gijón no sería el mismo sin su olfato para detectar el talento ajeno, los valores estéticos y la innovación plástica. Ahí es un mago. Es Amador Fernández Carnero.

- Defínase, por favor.

-Nací en Ciaño, Langreo (1953). Vine a vivir a Gijón a los ocho años. Estudié en el Instituto Jovellanos y luego hice Maestría Industrial. Cuando tenía quince años, un verano trabajé aquí, en la librería de Eduardo Vigil, se llamaba Atalaya, pero llegó septiembre y no quise dejarlo así que decidí estudiar por la noche. Durante cinco años trabajé en una ingeniería, hasta que se jubiló Eduardo Vigil y me propuso quedarme con el negocio. Pedí la cuenta y en 1981 nació Cornión.

- ¿Qué le apasiona?

-La montaña y el arte. Son dos cosas distintas que vinieron a mí. Por Atalaya desfilaba lo mejor, Piñole, Orlando Pelayo, Aurelio Suárez, Rubio Camín, Antonio Suárez? Y Eduardo Vigil había sido el albacea de Evaristo Valle y fundador de Torrecerredo. Yo he sido presidente de esta sociedad durante 22 años.

- ¿Por dónde se inclinan sus sueños?

-Cuando me jubile me gustaría que siguiera Cornión en manos de mi hija; ella nació aquí. Abrimos el negocio en el mes de mayo y Elsa nació en julio.

- Montañero, galerista y librero, ¿qué le satisface más?

-Soy librero y galerista por necesidades del guión, llevo aquí 36 años, pero en realidad son 44. En mayo del 68, cuando andaban todos corriendo delante de la policía, yo vine a establecerme. Pero la montaña es algo más que un deporte, es una espiritualidad, vivirla para mí es fundamental.

- ¿Qué le parece que haya "overbooking" en el Urriellu?

-Es triste, aunque ellos estarán encantados. Yo estoy más a gusto en la montaña de al lado, sólo con el compañero de cordada.

- ¿Cuál ha sido su cumbre más alta?

-El Pico Comunismo, de 7.495 metros, está en Tayikistán. La subí en 1997, pero tuve problemas de congelación y tuvieron que amputarme dos dedos del pie derecho. Hace cuatro años escalé el McKinley, en Alaska, cerca del círculo polar ártico, con un compañero, siempre el mismo, Alberto Fernández Castañón. Es una persona estupenda y gran amigo.

- ¿La Naturaleza es arte?

-Sí, siempre lo decía Rubio Camín. Por mucho que se empeñen los artistas en imitarla nunca lo conseguirán; está por encima de nosotros.

- ¿A quién le concedería el Premio Princesa de Asturias de las Artes?

-A un amigo, a Pelayo Ortega.

- ¿Nunca le han designado jurado de los mismos?

-No, nunca.

- ¿Hacen cola los artistas a su puerta?

-Hubo un tiempo que sí, pero ahora saben que me mantengo con mi grupo y que doy pocas oportunidades.

- ¿Gijón tiene algo de mágico respecto al arte?

-Siempre ha sido cuna de artistas, sobre todo de pintores, la prueba es que hay una presencia importante. Así como Oviedo cultiva la Literatura, y Avilés el teatro, Gijón ha dado grandes firmas.

- ¿A quién le hubiera gustado conocer?

-A Picasso, pese a su carácter duro y difícil. Pero para mí hay dos pintores ante los cuales me descubro, que son Picasso y Goya. Son los más grandes. Aparte, las pinturas negras de Goya tienen gran actualidad, en su día estuvieron valoradas como una revolución del arte pictórico.

- ¿Cuál es el libro que siempre volvería a leer?

-De niño me marcaron las aventuras de Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. Es una novela clásica, pero yo la disfruté mucho.

- ¿Se fía de su instinto o es academicista?

-Me apoyo en el instinto, pero éste no sé lo que es. Creo que consiste en una acumulación de datos, experiencia, y formación, que en determinado momento actúan y dictaminan.

- ¿Le ha fallado alguna vez?

-Sí, pero tuve más aciertos que fallos.

- ¿Ya ha encontrado su perla del Caribe?

-Si, es Pelayo Ortega. Somos amigos, crecimos juntos, e incluso yo le compré cosas antes de poner Cornión.

- ¿Ha sufrido ingratitud en algún momento?

-Sí, pero no me atormenta, ni siquiera lo pienso. La vida no me ha tratado mal. Estoy contento con el camino andado.

- ¿Si volviera a nacer que le gustaría ser?

-Arquitecto. Me interesa mucho la Arquitectura.

- Su amor se llama?

-Gala, mi nieta.

- ¿Y su amor de montaña?

-El Picu de los Cabrones, una cumbre muy importante del macizo central de los Picos de Europa.

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